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No sé cómo ahuyentan los perros la idea de la muerte, si a sus hocicos húmedos les llega entre cientos de olores el aroma dulce y espeso del final de sus días y cierran los ojos y entregan su aliento al último aire y así se van de esta vida. Ni entiendo, tampoco, cómo las flores se desprenden de sus pétalos y abandonan el muñón de sus tallos al olvido. No comprendo a las personas que alientan sueños de otra vida más allá de esta suerte de finales cotidianos que nos conducen a ese final irremediable del final de este juego perdido de antemano. Así que hoy quiero ser sólo perro, sólo flor, y beber sonrisas de agua feliz en tu boca, en tu piel dispuesta al beso acariciar la vida que nos toca sin preguntar, olfatear los aromas cotidianos, dejar que los pétalos abandonen la corola cuando han dado ya toda su luz a las miradas. Como árbol rumoroso se llevará el otoño las últimas hojas, las más bellas en efímero gesto y así, desnudo de promesas por las agrietadas ramas que el aire envuelve ser sólo paisaje y que luego el silencio se arrope en abrazo de olvido y de memoria. Julio G. Alonso Publicado en la antología Las Noches de Lupi en Portugalete, editorial LUPI (La Única Puerta a la Izquierda) Sestao(Vizcaya).-diciembre 2012.-ISBN:978-84-938010-5-218
Jul
11
¡¡ Que bonito !! este verso es precioso, como siempre mi admiración .
Cada día se va la vida , aún nos quedan por llegar días tristes , donde caerán nuestras
lágrimas y nuestra alma quedará dañada para siempre ……….. nos volveremos a levantar y
seguiremos haciendo camino , pero nuestros recuerdos serán eternos .
Te sigo leyendo y es una maravilla , tu genialidad es enorme , en silencio sigo por aquí
mi respeto y admiración junto con mi cariño . T u prima .
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Querida prima:
Te agradezco la dedicación con que lees mis cosas y el afecto y cariño con que lo haces. Tienes razón cuando nos haces observar cómo cada día la vida se nos escapa de las manos y cómo tendremos que lamentar días tristes; pero también te asiste en todo la razón cuando ves más allá de las dificultades con esperanza y con la alegría de atesorar bellos recuerdos que nos acompañarán siempre. Son las dos caras de esta moneda que está en el aire. Otra vez gracias y un abrazo.
Salud
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Eso que dicen, qué gran verdad, » la muerte nos da toda una vida de ventaja, pues se sabe vencedora»
Qué hermoso eso que dices de beber sonrisas de agua feliz en su boca, qué hermoso llegar desnudo de promesas por las agrietadas ramas que el aire envuelve para ser SER sólo paisaje, qué grande ser feliz con lo sencillo, qué sabio aquel que conoce el secreto de la vida, que es sentir y vivir hasta morir.
Un saludo, estimado Julio
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Amiga Isabel:
Me alegra que, desde tu particular sensibilidad, veas con agrado el contenido de este poema comentado. Poco o nada que agregar a lo ya expuesto, salvo reiterar mi felicidad por saberte cerca de estos versos. Con un abrazo.
Salud
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Al concluir la lectura del poema he sabido que así quisiera sentirme en el “ final irremediable “ al que aludes: ARROPADA.
Hermosa palabra esta que me lleva a la infancia, sintiendo de golpe el calor, la caricia, , la seguridad y el cariño que recibí. Tierno gesto que revive el amor, el desvelo y el cuidado que ofrecí.
Arropada por todo lo recibido y ofrecido quiero despedirme y quedar en la memoria de los mios.
El poema reconforta porque invita a disfrutar de cada instante, de lo sutil, de lo pequeño, de lo que llega sin llamarlo, en definitiva, de la vida. La muerte ,como parte de la vida, también nos propones vivirla de manera serena, natural,
permitiendo y ayudando para que todo fluya hasta desvanecerse. La acertada elección de las palabras (rumor, efímero, desnudo, aire, silencio, arrope, abrazo) en esta última parte del poema nos evoca esa sensación de abandono, de final consentido y necesario.
Confieso que siempre he esquivado el tema por miedo, cobardia ante lo desconocido, sin embargo tus versos, y lo que ellos sugieren, aportan luz para disipar falsas esperanzas en otras vidas prometidas y certezas sin tapujos.
Po último, la naturaleza nos habla mediante ese perro y esa flor animándonos a aceptar la muerte sin rebelarnos, ni tratar de prolongarla innecesariamente cuando ha caído “ la última y más bella hoja”.
Mil sonrisas para vivir.
Andrea
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Andrea, siempre que leo comentarios inteligentes sobre cualquier poema, me vienen a la cabeza las palabras de Antonio Gamoneda en las que expresaba que el poema sabe siempre más que su autor. Así descubro como, entre otras cosas, la elección de las palabras evocan la atmósfera que deseaba crear y en la que recrear las ideas del poema y descansar los sentimientos. Pero esa elección no fue premeditada, calculada, prevista. El poema se hace a sí mismo tirando del subconsciente y el bagaje cultural acumulado a lo largo de los años. En los demás aspectos, como la propuesta de aceptar la vida de manera serena, natural, en su fluir hacia algo también natural como es la muerte o despedirse sin esperanzas inútiles, sino desde la realidad de una naturaleza que se sucede a sí misma y de la que, brevemente, formamos parte, pues también he de confesar las intencionalidades más o menos conscientes a la hora de ir elaborando este trabajo. Se agradecen las mil y una sonrisas para vivir, a modo de las mil una noches, donde una sonrisa espera a otra en cada historia que se cuenta, alejando así la amenaza de la muerte.
Salud
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Julio,
He leido varias veces este poema y en distintos días, por aquello de mirarlo desde distintos «humores». Es bonito y es de los que hacen pensar, pero ¿sabes qué? En el fondo, uno cree o no cree porque le da la gana.
De eso se trata, ¿no? De escoger en libertad.
Un placer leerte.
Paco
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Amigo Paco:
Me quedo con tus afirmaciones por este orden: 1.- Se trata de escoger en libertad 2.- Uno cree o no cree porque le da la gana. El respeto a los demás, sus opiniones, gustos y disgustos, ideas y modo de vida, conforma la base de la libertad y de la posibilidad de enriquecer tu paso por la vida con lo bueno que podemos encontrar en los otros, que todo el mundo tiene siempre mucho de bueno, o eso pienso yo. De ese respeto que cimenta la libertad viene la capacidad de escoger lo te da la gana creer, no creer o pensar. La expresión vital de cada postura personal se manifiesta en el sistema de valores en el cual se mueve, laboriosamente y responsablemente construídos o pedidos prestados, pero siempre asumidos e interiorizados. De eso va la personal expresión de este poema, a cuyo mensaje no hay por qué adherirse -faltaría más- porque encuentro rechazable cualquier tipo de dogmatismo, pero de cuyo mensaje puede extraerse la idea de que todas las cosas pueden verse de forma diferente y hasta bien distinta y, al menos, merece la pena pararse a reflexionar sobre ello.
Un placer, siempre, amigo Paco, contar con tus comentarios. Te deseo un inmejorable verano.
Salud
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Querido Julio:
Debo confesar primeramente que me considero un hombre de ideas complicadas en su concepción, intrincadas en su esencia. Por otra parte me siento atraído por las estructuras poéticas finas, elaboradas, clásicas.
Sin embargo, como todo ser humano que llega al hartazgo de buscar pretendiendo encontrar la piedra filosofal o el hilo negro de las cosas, termino por recluirme en mis pensamientos de cuatro muros, y en la medida de mis posibilidades, practicar un acto ascético, de recogimiento y reparador de mis sentidos todos revueltos.
Mi vida en ese instante es «contemplativa». Ése es exactamente el término que me permito utilizar para definir tan hermoso poema: Poesía contemplativa.
Porque en esos instantes de profunda reflexión, de aprender a percibir las cosas sencillas y hermosas de la vida, de descubrir que las vicisitudes fractales que componen nuestra existencia no van más allá de lo que magistralmente evocas en tus líneas.
Aprender a observar, en un estado de arrobamiento y armonía con la naturaleza, con un animal, con una flor, con nuestro corazón.
Probablemente el hombre sería más humano, más poderoso, más sensible, más empático, si pudiese confiar en que en un acto de justicia, le devolvemos a la vida el reconocimiento que bien merece, por tan primordiales manifestaciones como señales de obsequio a nuestra inteligencia.
Con afecto y admiración a tu persona:
Arturo Juárez Muñoz
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Amigo Arturo:
Me place el término poesía contemplativa para definir este poema en el que, como dices, probablemente el hombre sería más humano, más poderoso, más sensible, más empático, si pudiese confiar en que en un acto de justicia le devolvemos a la vida el reconocimiento que bien merece, por tan primordiales manifestaciones como señales de obsequio a nuestra inteligencia, porque, como anteriormente citas, la vida sería más natural, más humana, en ese aprender a observar, en un estado de arrobamiento y armonía con la naturaleza, con un animal, con una flor, con nuestro corazón.
Has entrado en la esencia del poema escrito desde un nihilismo existencial incuestionable que nos enfrenta de nuevo al hecho de la vida.
Siempre gracias y con un abrazo hasta México.
Salud
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Quisiera ser perro sólo por probar el sentido canino del amor.
Quisiera ser flor para sentir qué es ser un perfume.
Quisiera ser árbol y tener nidos y raíces perforadoras de tierras y crecer en anillos simples oes.
Y sólo soy género humano que sólo a veces ama como un can,
que sólo a veces se siente en un perfume,
que sólo a veces le anidan nubes y más nubes supendiéndome entre el cielo y el suelo
ese al que regresaré por ley. No quiero preguntar.
Julio mi naturaleza ha saltado con tu perro, tu flor y tu árbol porque en general salto con mis perros: Lukas, Lobo, Erre y Cotton; salto con mis flores: tengo una maceta de Pensamientos que me tiene encandilada con su juego de colores, y salto, o en este caso mejor digo que me acuclillo con mi árbol, un frondoso Sauce llorón que planté como una tierna ramita y ¡si lo vieras…!
Y…como lo que no es saltar es inevitable, prefiero no pensar en ello, ¡ea! Gracias Julio.
bss
daniela
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Seguro, amiga Daniela, que serás todo aquello que tú quieras. Te agradezco estas palabras acurrucadas en los versos de este poema para una vida más natural, menos moralista, más entregada, menos egoista. Con un abrazo.
Salud
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Estimado Julio:
Con tu poema has descrito muy bien ese momento inevitable en el que se transita de la vida a la muerte. Nuestra inteligencia nos juega una mala pasada, pues somos capaces de reflexionar sobre algo que seguro vendrá, y tratamos de alejar ese momento como si tratara de la peor de las desgracias. Sin embargo, las flores, los árboles, los animales no poseen ese acto de reflexión y aceptan y reconocen la muerte de manera magistral.
En nuestro caso: “ la muerte está tan segura de ganar que nos da una vida de ventaja” Por tanto, me parece muy inteligente ese pensamiento que reflejas en tu poesía
acariciar la vida que nos toca
sin preguntar,
Es una filosofóia magistral: VIVIR Y VIVIR HASTA MORIR
¿ Qué es morir?
Morir es, alzar el vuelo, sin cuerpo, sin pensamientos, vacío, … dejando huellas, proyectos, esperanzas, penas y sollozos en nuestro mundo.
Un abrazo querido Julio. Felices vacacioens
Santi
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Morir forma parte de vivir. Los dioses existen, los humanos vivimos. Como me gusta recordar en palabras de JLSampedro: vivir es caer en el río del tiempo, que no tiene marcha atrás. Vivir es morir. (más o menos, cito de memoria) Desde este punto de vista «y con la vida que la muerte nos da de ventaja» me parece que tratar de sentir, dejarse emocionar, amar y disfrutar son los imperativos naturales que deberían ser también morales e informar todos nuestros actos y nuestra conducta. No entiendo la idea de sacrificio como moneda de cambio para un más allá inexistente. No estoy de acuerdo en que sean necesarias las barreras morales para controlar la conducta humana, que por otra parte está en todo descontrolada por la ambición de poder, la riqueza, y por lo que se mata y se hacen guerras. Entiendo que si fuéramos más naturales seríamos más felices también y encontraríamos los límites del respeto a los demás compartiendo con ellos y no peleando contra ellos por ejercer ningún dominio. Tal vez esta idea de la bondad natural tan roussoniana provoque más de una sonrisa, pero prefiero la sonrisa al gesto adusto del moralista que vende paraísos más allá de las posibilidades de esta vida.
Con las gracias, Santi, y un fuerte abrazo.
Salud
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