El Buscón.- Francisco de Quevedo
Versión libre y dirección de Alfonso Zurro
Teatro Barakaldo (Vizcaya / Bizkaia)
12/01/13
Andalucía es tierra de inteligencia que en el teatro se multiplica en grupos como Atalaya, La Zaranda o el Teatro Clásico de Sevilla, el cual llenó el aforo del Teatro Barakaldo con El Buscón de Quevedo en la tarde lluviosa y fría de este 12 de enero . Excelente trabajo de grupo en un lenguaje ágil, deliberadamente atropellado en ocasiones, mordaz y de matices variados, tocado del gracejo andaluz unas veces, del decir culto del Siglo de Oro español, en otras, y pasando por el habla de truhanes, chismosos, agresividad de asesinos a sueldo y la frialdad de los traficantes de armas o la verborrea de los políticos.
El soporte escrito para esta interpretación viene firmado por el dramaturgo Alfonso Zurro, andaluz nacido en Salamanca, al que corresponde, además, el trabajo de dirección. Imagino que no le habrá resultado nada fácil dramatizar la novela de Quevedo; pero puede quedarle el gratificante consuelo de haberlo hecho francamente bien y tenido el acierto de actualizar los diferentes pasajes de la obra de Quevedo jugando acertadamente con el tiempo.
La picaresca se abre camino, de la mano de Alfonso Zurro, desde El lazarillo de Tormes y El Buscón de Francisco de Quevedo a la España de hoy; afirma creer que esto es algo que llevamos genéticamente dentro en el modo de sobrevivir en medio de la escasez, el hambre y la miseria, mediante el engaño y el robo, generalmente sin violencia y aprovechando la avaricia de los demás y su deseo de conseguir riquezas sin esfuerzo aunque sea engañando o aprovechándose de la aparente inferioridad de otros; pero donde el robo deja de llamarse picaresca es en los límites del poder y los poderosos, de la riqueza y los ricos.
De manera muy sugerente el escenario se llena de un ropero o armario con una abigarrada colección de trajes roídos y maniquíes descoloridos por el tiempo que cobran vida, van y vienen del pasado para mostrarnos y demostrarnos la persistencia de unos males sociales endémicos en el gran número de comportamientos egoístas, injustos, primarios e hipócritas que desfilan ante nosotros.
Me ha gustado esta manera de hacer teatro social, arrancando de raíz el siempre doloroso asunto de nuestra Historia, pero en una clave universal; de tal modo que esta obra puede ser vista, comprendida y aplaudida tanto en cualquier país de habla hispana como en Europa si se puede disponer de una buena traducción al italiano, francés, inglés, alemán, o cualquiera de las muchas lenguas europeas. Y opino que seguirá siendo igualmente interesante pasados muchos años o cientos de años, pues la condición humana y las miserias que la acompañan poco, me temo, han de cambiar. Dicho de otro modo, creo que tiene vocación de permanencia y obra clásica.
No sería justo cerrar este pequeño comentario sin reconocer el meritorio trabajo de este cuadro escénico andaluz y, dentro de él, la admirable actuación del joven actor Pablo Gómez-Pando interpretando el papel del Buscón para dar vida a este personaje en la sorprendente variedad de reflejos y tipos que presenta a lo largo de la representación, casi sin transición en la sucesión de escenas que se siguen unas a otras como destellos de las páginas de un libro que van pasando sin cesar.
Teatro vivo, teatro de la vida, de la herida, la llaga que no cierra de una sociedad de la que todos formamos parte y vestimos los trajes de la comedia.
Era sábado y seguía lloviendo en la ciudad; en las montañas caía nieve en la oscuridad de la noche. El alba será blanca.
González Alonso
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… somos transeuntes, Julio, amigo, y, mientras, podemos contemplar – ir contemplando aquello que somos capaces de observar y adentrar como consuelo místico que nos ayude; así veo yo tu buen poema, compañero, siempre tan en poeta y en tan ser humano que nos prestar su visión de etas cosas del mundo; gracias, de nuevo, amigo; Orión
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Gracias, amigo Antonio (Orion). Por el contenido de tu comentario creo que no te estás refiriendo a la obra de teatro, sino a la entrada con el poema titulado Autoelegía. Y bien, Antonio, es muy cierto que estamos de paso y somos testigos de cuanto vemos y sentimos. Dejarlo dicho, expresado, vivido, para los demás, es algo a lo que nos mueve la poesía y el arte en general; tú lo haces con tu magnífica obra y yo lo intento con versos como estos a los que te refieres. Otros muchos elevan también sus voces y todos juntos componemos este mosaico de magia, palabra y verdad; no absoluta, no de la totalidad del mundo, pero sí de la del alma. Otra vez y siempre gracias, maestro. Con un abrazo.
Salud.
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Casualidades…recién terminado un trabajo en el que ayudé a mi hija para presentar en la UNI, de esta obra, la tengo muy fresquita y hubo que sacar muchas conclusiones.
Mi abrazotedecisivo Julio
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Pienso que hay casualidades felices, Sara. Imagino que te habrá ayudado a recrear ese trabajo a medias con tu hija y espero que haya algunas coincidencias con el pequeño artículo que sirve de comentario a esta obra. Con un abrazo hasta tierras leonesas del alto Bernesga.
Salud.
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