La dama duende.- Pedro Calderón de la Barca. Compañía Miguel Narros

La dama duende.- Pedro Calderón de la Barca

Compañía Miguel Narros

Teatro Barakaldo.-22 de marzo de 2014

La dama duende se encuadra en el género de comedia de capa y espada. Un cúmulo de enredos y equívocos en torno al amor y final feliz para todos. El ritmo frenético de las situaciones enlazadas en la obra de Calderón acaba desorientando en más de una ocasión al espectador. Se producen escenas, como las que intercalan las escapadas de las mujeres en busca de hombres, en las que no sabes muy bien dónde está situada la acción. Pero eso, pienso, no es imputable a Calderón, sino al montaje y actualización de la comedia.

Nueve personajes sobre el escenario. Diez. Porque el décimo personaje viene a ser el pasadizo secreto del que se servirá la joven viuda Doña Ángela, interpretada por Diana Palazón, para entrar y salir en la alcoba del invitado de sus hermanos, Don Manuel, que interpretará Chema León, dejándole notas escritas o revolviendo sus pertenencias, lo que dará pie para imaginar la actuación misteriosa de una mujer duende o un fantasma. Los criados jugarán el papel más humorístico de la representación, aunque lo cómico alcanza a todos los personajes y situaciones de la comedia, sin excepción.

Todo el enredo del argumento, que viene a ser un conjunto de diversos argumentos, está puesto a disposición del espectador no sólo para entretener y divertir, sino con el propósito de plantear los aspectos y sevicias del amor como son los celos, la iniciativa de las mujeres en las relaciones amorosas y sus estratagemas para hacer valer sus derechos y conseguir sus propósitos, o el sacrosanto sentido del honor masculino y su defensa a punta de espada ante cualquier supuesto menoscabo del mismo.

No me atrevería a ver en los aspectos anteriormente reseñados una intención revolucionaria, reivindicativa o ácida de Calderón; pero lo cierto es que, al amparo de la comedia, nos describe muy bien cómo funcionaban las cosas bajo el manto rígido de la moral y nos deja a las claras la imparable fuerza del amor y los sentidos.

Calderón de la Barca escribe este texto con apenas treinta años de edad y en el momento álgido de su carrera y un reconocimiento sólido de su obra. La recreación llevada a cabo por el fallecido dramaturgo Miguel Narros es sensiblemente más corta que la original, pero no resulta trascendente ni merma el valor de la comedia. Su buen hacer lo desarrolló en una dirección de los personajes que roza, en algunos casos, la excelencia. El vestuario y la escenografía son elementos reseñables que hay que destacar.

Si atendemos a la interpretación de los actores debo confesar lo admirable de su trabajo manteniendo un alto nivel, aunque encuentro que hay aspectos mejorables y otros que se hacen innecesarios, como el excesivo movimiento en escena, con exageraciones que quedan en el aire y recargan de barroquismo el tono que imprimen en la acción. La recitación de algunos pasajes amorosos entre Doña Ángela y Don Manuel es exquisita, en contraste con la excesiva rapidez de otras partes que impiden entender bien los finales de frase. La actuación de Diana Palazón merecería que cobrara más protagonismo en cada escena en las que toma parte dando vida a la que es, per se, protagonista de todo el enredo, la joven y bella viuda Doña Ángela. Es un punto exigible, pero hay que reconocer, ante todo,  que estuvo a la altura de las exigencias del papel. Estupendo Chema León interpretando a Don Manuel; acertado y ocurrente y algo histriónico, Iván Hermes, en el criado Cosme; francamente bien, en un tono adecuado y con buenos recursos cómicos, el trabajo de Mona Martínez; divertido y con aciertos geniales, Emilio Gómez en Don Juan, hermano de Doña Ángela y de Don Luis, que interpretó con solvencia Marcial Álvarez. Con frescura, estupenda vocalización y acierto en su papel de Doña Beatriz, nos ofreció su trabajo Eva Marciel y, finalmente, con papeles menores pero importantes y bien puestos en escena, Paloma Montero, en el personaje de Clara y Antonio Escribano en el de Rodrigo.

Los diferentes argumentos incluidos por Calderón en La dama duende se ensamblan a la perfección, como –y cito literalmente- se subraya en el programa de mano, explicando el entramado general de la obra: Como siempre en sus mejores textos, Calderón engarza en La dama duende multitud de argumentos aún vigentes: la decisión de Doña Ángela de escaparse a las obligaciones de su viudedad para frecuentar la compañía de los hombres, lo que justifica y acentúa el clima erótico de ciertas escenas, al ánimo corrupto del criado Cosme que lo lleva a cometer pequeños latrocinios aparentemente disculpables. Este mundo de moral dudosa y libertaria se enfrenta a la cómica rigidez del tercer hermano, Don Luís, vigía del decoro y la corrección y eternamente frustrado en sus deseos vitales y amorosos.

Una tarde de siglo XVII español en el Teatro Barakaldo con todos los ingredientes necesarios para seguir apostando por el arte dramático y su actualidad, como lo demostró el numeroso público que llenó el aforo y que aplaudió generosamente el generoso esfuerzo del elenco de la Compañía Miguel Narros en esta su recreación calderoniana de La dama duende.

González Alonso

4 comentarios en “La dama duende.- Pedro Calderón de la Barca. Compañía Miguel Narros

  1. Ya el título me gusta mucho…con lo que nos cuentas y esas escenas que nos regalas…me apetece mucho verla…seguro la disfrutaría de lo lindo.
    Mi abrazotedecisivo lleno de teatro…y nieve…mucha nieve por estas tierras.

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