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El empedrado de la calle; la luz
del alba, el sueño en la quietud del aire,
las horas mudas y los ojos fijos.
Espera interminable con café
frío; noche tan larga en los relojes
sin tiempo que medir en sus minutos.
Ya levantó la bruma su tristeza
húmeda y gris; en lágrimas el día
la ausencia envuelve. Qué puerta no se abre,
qué puerta se te cierra del amor,
del amor, ay, sabes la puerta abierta.
Ay, amor, tras la puerta ya cerrada.
González Alonso
*Poema del libro «Testimonio de la desnudez», Fundación Jorge Guillén, 2015.- Colección Maravillas Concretas, nº 11
La palabra precisa para trasmitir una realidad nueva y emocionante. Poesía necesaria. Abrazos. Óscar
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Encantado de recibir tus palabras en este cuaderno, Óscar. Gracias y un abrazo.
Salud.
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Que tus dedos sigan engarzados entre folios tinta y corazón. Y los sueños no dejen de brotar compartiéndolos con la memoria de la razón.
ZORIONAK
Feliz 2016
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Gracias, Antonio, por todos tus buenos deseos. Que tengas unos días felices y que el año que entra te depare cuanto anhelas. ¡Felicidades!
Salud.
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Hermosos encadenados, un buen poema, Julio. Siempre es un placer leerte.
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Siempre un placer recibir tu visita, amiga Julie. Gracias y abrazos.
Salud.
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¡Los ojos mudos
que la desnudez de amor
no alcanza!
abrazo
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Así resulta ser en muchas ocasiones y así lo vivimos, Pilar. Abrazos.
Salud.
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