El beso. Ger Thijs
Traducción, Ronald Brovwer
Dirección, María Ruíz
Intérpretes: Isabel Ordaz y Santiago Molero
Coproducción: Teatro Español, Narea Producciones y Producciones Come y Calla
Getxo, 18 de diciembre de 2021
Antes de ir al contenido, digamos algo sobre la obra en su puesta en escena e interpretación. Acerca de la interpretación es de justicia reconocer la amplia experiencia y las tablas de los actores en un trabajo lleno de matices sobre sus respectivos personajes; pero no es menos cierto que en un teatro espacioso, para los espectadores más alejados del proscenio y, como es mi caso, algo duros ya de oído, se pierden gran cantidad de palabras y frases del personaje femenino, lo que genera bastante incomodidad y tensión, en detrimento del disfrute de la representación. Habiendo como hay hoy día recursos técnicos para resolver –aunque sea teatro- estos problemas, no me explico cómo no se ha tenido en cuenta a la hora de llevar adelante este trabajo. De la puesta en escena, la representación del bosque con sus colores y árboles otoñales alrededor de un banco de madera me ha parecido disonante con el ambiente emocional de la obra y lo viví como una barrera entre el espectador y la realidad que reflejaba la interpretación del texto.
Son las cosas que menos me gustaron en esta tarde otoñal de teatro, tocando ya con los dedos los días de invierno; el ambiente, precisamente, en el que, también como metáfora, se desarrolla la historia que se nos cuenta en “El beso”.
Se ha definido “El beso” como tragicomedia. Ni tanta tragedia, ni tanta comedia. El encuentro casual de dos personas adultas de edad madura y la posibilidad de enamorarse transita por las indecisiones y las dudas a lo largo del paseo compartido. Enamorarse es superar el pudor y desnudarse para el otro; pero desnudos nos sentimos vulnerables. Cuando esta oportunidad se presenta en un momento ya avanzado de la vida, con la mochila de cada cual bien cargada de experiencias frustraciones, éxitos olvidados por todos menos por uno mismo, ilusiones perdidas, ilusiones buscadas, soledad, heridas abiertas, cicatrices doloridas en sus costurones, esperanzas, sueños… es más difícil apostar por la aventura de iniciar ese largo viaje a algún sitio llamado amor. Seguir leyendo ‘El beso.- Ger Thijs’
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