Decir las cosas

 

Decir las cosas

A veces no es tan fácil decir las cosas
porque están cosidas a la costumbre
y las cicatrices del miedo,
o porque no las entendemos.

No resulta fácil hablar de aquello que creíamos
saber de los demás si descubrimos
la puerta abierta del alma
y la pesada tristeza de los errores.

Y cómo
hablar de cómo funciona, por ejemplo,
el dinero.

No es fácil, en tantas ocasiones, contar
las cosas más triviales como son
el vacío de las horas, la angustia
inexplicable, la ansiedad desparramada
como sal sobre la mesa o esa quietud
con la mirada fija en la pared
mientras los grillos, incansables, hacen sonar sus élitros
y se entrega la noche a los insomnios.

No encuentro fácil, es verdad, hablar de lo que no entiendo
y, pensándolo bien, debería no decir nada
cuando miro el cielo, por ejemplo, o cuando
alguien, de manera fortuita, me mira
y  lo encuentro en mis ojos.

Tal vez sea mejor
intentar sentir
que comprender.

No estoy seguro de ello,
pero creo
haber perdido la ocasión, una vez más,
de explicar alguna cosa
que creía importante.

González Alonso

16 comentarios en “Decir las cosas

  1. Con el silencio también expresamos muchos estados del alma…¿Soy yo quien no se hace entender o son los otros que no comprenden? Mejor me callo también con tu silencio…diré como Neruda. Un gran abrazo otoñal.

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  2. Como Elisa, creo también que tu poema es profundo e importante.

    Hablar, a veces, es difícil, por miedo, por temor a equivocarse, por rubor… Pero pienso que se habla poco y que hablando se solucionarían bastantes cosas… Ser sinceros y decir lo que se piensa creo que siempre es positivo y eficaz… Y lo dice una persona que ha callado muchas veces.

    Abrazo, compañero

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  3. Todo muy cierto.
    He dejado atrás a aquellos que compartieron mi niñez y he visto miedo, conformidad mientras les dejes como están.
    Pérdida de valores y… ¡queue no nos quiten los Santos ni los toros! Pasividad ante el abandono de las ciudades. Suciedad y miseria por doquier.
    Por más que les expliques el porqué de la Cultura… ésta es una palabras desconocida y maldita.
    Así es mi tierra y algunas de sus gentes, donde valoran más un animal que algunos de sus hijos. Tristeza, amiga mía, sal al encuentro de algunos que no saben para qué están aquí en la tierra.
    Un abrazo.

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    • Lo dices de una manera muy crude y con un pose de amargura notable. Como supongo que te estás refirendo a Andalucía te diré que soy hombre enamorado de sus tierras y sus gentes. Quiero ver lo grande que encierra, no sólo en su pasado, sino también en su presente. Pero hoy toca ser críticos y admitir las heridas por las que sangramos.

      Gracias por tu lectura y comentario, Antonio. Con un abrazo.
      Salud.

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