Las siete cabras del cielo

Las Pléyades o las siete cabras del cielo

Las siete cabras del cielo
(Sancho Panza.- El Quijote.- II-XLI)

Nos puso la NASA los ojos en Saturno,
los suelos de sus lunas, los anchos
anillos en sus órbitas
y el alma abrió la boca del asombro
al espacio solar y planetario; la Tierra, allí,
en su lejanía obscura,
diminuto puntito iluminado navegando el vacío
que corren las invisibles partículas mensajeras
del Universo. Y antes,
mucho antes de ahora,
cuatrocientos años antes que la NASA
y sus ingenios espaciales,
voló los universos Sancho Panza
a lomos
de la noble madera
clavileña
y nos descubrió las siete
cabras del cielo,
las dos verdes, las dos
encarnadas,
las dos azules
y la una de mezcla. Ningún cabrón
pasaba
de los cuernos de la Luna, por si queréis
saberlo.

González Alonso

Don Quijote y Sancho Panza a lomos de Clavileño

12 comentarios en “Las siete cabras del cielo

  1. Después del atinado y literario comentario de Magdalena, me he quedado sin nada que agregar. Como diríamos en la tierra de las dos: “A esta muller nácenlle na boca”.
    ¡Qué buen tandem, Don Quijote y Sancho…! Mejor nos iría si participásemos en buena medida de la manera de ser cada uno.
    Un abrazo con “saudiña”.

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  2. Y decía el padre de Sancho y el Quijote : «Para componer historias y libros, de cualquier suerte que sean, es menester un gran juicio y un maduro entendimiento». Gracias Julio, por ese maduro entendimiento y gran juicio.
    Don Miguel, te diría: «La salsa de los cuentos es la propiedad del lenguaje; tú sabes condimentarlos».
    Besiños palmeiráns

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    • Amiga Magdalena, tus comentarios siempre llegan cargados de interés y juicios bien sustentados. Las palabras que pones en labios de Don Miguel me halagan, pero son -sobre todo- sabias. Un abrazo desde el cielo mágico de Sancho y don Quijote. Salud.

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