El Mercader de Venecia, de William Shakespeare.- Noviembre Teatro

El mercader de Venecia, de William Shakespeare

Noviembre Teatro
Dirección: Eduardo Vasco
Adaptación: Yolanda Pallín

Teatro Barakaldo, 18 de abril de 2015

La solvencia del elenco teatral Noviembre Teatro para abordar la obra de W. Shakespeare está fuera de toda duda. La versión de Noche de Reyes, comentada en este mismo cuaderno (10/03/2013), puso el listón muy alto en el modo de abordar los planteamientos dramáticos del autor de obras tan conocidas y celebradas como Romeo y Julieta, Otelo, o este trabajo de El mercader de Venecia. Hoy el listón sigue, si no más alto, sí a la misma altura, y entre los artífices de este éxito hay que contar a su director Eduardo Vasco y a la autora de la versión representada, Yolanda Pallín.

William Shakespeare manejó con clara inteligencia los resortes humanos, la misma condición humana y el sentido de la existencia de manera, también, reflexiva y crítica. Eso hace que sus piezas dramáticas sean para siempre y que los más de cuatrocientos largos años que nos separan del momento de ser escritas se nos antojen cercanos, como si todo hubiera ocurrido ayer mismo o esté ocurriendo al socaire de las noticias diarias que inundan la prensa, llenan la radio y aparecen en la televisión.

La actualización del lenguaje shakesperiano para la presente puesta en escena podrá redundar en tal vez la pérdida de la belleza poética de muchas expresiones, conservando intacta la intención y el mensaje del texto y dejando aflorar momentos de intenso lirismo. Pero no deja de ser un acierto esta opción que ha permitido traernos a primer plano, dentro del planteamiento dramático, el buen humor, la belleza, la sensualidad, la alegría y un canto a la amistad, el altruismo y el amor. En el otro platillo de la balanza que el mercader veneciano quería usar para pesar la libra de carne arrancada a su deudor con la que saldar su deuda, se encuentran la avaricia, el interés desmesurado por el dinero, la rudeza, el egoismo, la crueldad, la malicia, la envidia y el odio.

La representación que hemos podido aplaudir en el teatro Barakaldo está hecha con los mimbres de la mejor mirada optimista a un mundo en el que, en medio de los peores desastres y el dominio de la intolerancia, se abre paso la justicia y una clara sensación de que también existe la bondad y es posible la felicidad.

Puede resultar, después de la triste experiencia de la II Guerra Mundial, algo problemático el personaje del judío usurero encarnando los valores más negativos mostrados junto con su odio rencoroso y su intransigencia. Pero, al lado de este personaje siniestro, se encuentra también el de su hija, una hermosa muchacha judía que abandonará el ambiente opresivo de su casa para huir con su novio cristiano. La vida misma. Porque no es la condición de judío lo que hace detestable al personaje, sino lo abyecto de su conducta al esconder sus debilidades tras el judaísmo; de igual modo, no es la condición de ser judía lo que hace realmente bella a su joven hija, sino su naturaleza y entrega a la vida y el amor con la generosidad con que sólo la juventud puede hacerlo. Escudarse detrás de la historia de un pueblo, hacerse la víctima y pensar que todo lo malo le viene del rechazo de los demás a esa historia y creencias, es manipular las cosas de manera cobarde, rechazando la idea de juzgarse a sí mismo como persona y asumir la responsabilidad que le corresponda.

Tarde siempre interesante de teatro; ésta, como las demás, no ha dejado de sorprendernos y dado la oportunidad de aprender y reflexionar. Shakespeare puso los cimientos de esa casa grande que en cada ocasión terminan los actores y, casi siempre, con un gran acierto. Así ha sido una vez más.

González Alonso

8 comentarios en “El Mercader de Venecia, de William Shakespeare.- Noviembre Teatro

  1. primo Julio :

    Impresionante tu poema » Las horas de mayo » impresionante la calidad de tus trabajos.

    Acabo leer el periódico donde sales por el premio de poesía Treciembre; no podía ser menos , tus obras están dando sus frutos, te lo mereces y me alegro que haya sido reconocida tu labor literaria .

    Felicitarte, darte mi enhorabuena, somos muchos los que seguimos tus publicaciones, los que seguiremos haciéndolo porque tienes calidez, calidad, algo que nos atrapa, que para mi solo lo tienen los grandes, una luz en tu pluma especial maravillosa. Este premio te ayudará a seguir escribiendo.

    Reitero mis felicitaciones.

    Un abrazo .

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    • Querida prima Flory:

      Es cierto, todo premio es un estímulo para seguir trabajando. Yo recibo tu premio y el de las gentes que con generosidad se acercan a estas páginas humildes en medio del océano virtual, con mucha alegría y reconocimiento. El premio Treciembre de Valladolid trae con él la edición del libro y el hecho de que hayan valorado tan positivamente mi poesía personas del mundo literario y periodístico que no me conocían. Estoy, como puede entenderse, muy contento por ello.

      Por acabar, te diría que no sé si será algo de familia esto del gusto por escribir. Tu padre dejó unos cuantos poemas muy hermosos y bien compuestos de los que pude leer alguno, como bien sabes, y de los que guardo un grato recuerdo, pues no me había imaginado al tío Jamín tan entregado a la escritura. Fue una estupenda sorpresa. Digo, por ello, que algo habrá de familia en todo esto. De cualquier modo, el mayor premio que puedo esperar recibir es el de seguir contando con tus palabras de ánimo, Flory. Abrazos.
      Salud.

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      • Hola, Julio. Es algo simbólico y simpático, una especie de estímulo y reconocimiento virtual, igual que lo es todo por estos lares. No tiene otro valor, para unos es una frivolidad para otros es un gesto amable. Para mis hijas es como si me hubiesen concedido un Oscar 🙂 El otro día comentaba con otro bloguero, el hecho de que, cuando eramos pequeños y jugabamos a vaqueros y indios, una simple chapa de un refresco se convertía en la estrella de sheriff. Esa ilusión era lo más importante, más que el objeto en sí.
        Un abrazo.

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      • Gracias, Quirico. Ahora que entiendo cabalmente el significado de este premio, me siento aún más feliz de haber sido merecedor en tus intenciones del reconocimiento que me dejas. ¡Que no se pierda la ilusión! Un abrazo.
        Salud.

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