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La torre del reloj
es toda nieve de horas y de noche. Luz
mortecina en las farolas
de la calle
envuelta en aire frío
de ventisca.
El alma,
detrás de los cristales.
No hay nadie en el tiempo ni en las sombras
y el silencio es hielo. Las campanas
tañen su soledad, repican el vacío
de sus bronces.
Son horas
de ojos abiertos y miradas quietas
las horas suspendidas en los aleros
de la espera,
alargada distancia de los sueños
y los insomnios; pasos de madrugada
en las aceras.
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González Alonso
Feliz fin de semana, Julio
Mil gracias por tu palabra en mi Dedicado ( especie de llamamiento al oficio poético)
abrazos gorditos
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Que sea feliz también para ti, Elisa. Recibo tus abrazos. Muchas gracias y salud.
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Esa dulce melancolía del invierno…Estos poemas tuyos tan entrañables… Abrazo siempre.
(Sobre el teatro. La obra es La Mandrágora, como sabes de Maquiavelo. Se representará en Junio, ya te diré el día, por si acaso. )
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Gracias, Soco, tanto por tu amable comentario como por la información que sobre la Mandrágora me enviarás. Si no hay nada que lo impida, me encantará acudir a la representación de junio. Con abrazos.
Salud.
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Febrero y tu Pola de Gordón, aquí ya nos sobra la nieve, yo ya no aguanto más este frio y este largo invierno…tanto blanco tanto blanco me agobia. Un gusto seguir leyéndote.
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Siempre se dijo que no llueve nunca a gusto de todos; imagino, Sara, que igual ocurrirá con la nieve. El refranero dice que año de nieves es año de bienes, aunque imagino que se refiere al campo. De todos modos, y de manera metafórica, yo quiero entenderlo por que vayamos sacando el cuello de la crisis y se inicie la recuperación del empleo con contratos dignos. Puede parecer cuestión de fe mientras toreamos las incomodidades de las nevadas esperar los beneficios que nos traigan, pero es mejor que nada.
Bueno, Sara, agárrate a las sopinas de ajo para contar las horas de este febrero invernal. Con un abrazo.
Salud.
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ohhhhhhhhhhh las horas y el tiempo siempre me pareció un tema fascinante para poetizarlo,
al final te va a quedar un calendario bien poético y completo!!! Un fuerte abrazo amigo!!!
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Gracias por tu cálido abrazo, amiga Sandra. Estos poemas formarán parte del tercer calendario poético, pero también material y físico acompañado de sus correspondientes imágenes junto con otras de las personas amigas y familiares. Con otro abrazo.
Salud.
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Como el cuento continua, vamos pues con ello…
Un cordial abrazo.
Ventisca y escalofrío
de frío,
cual alma desangelada
helada,
blanco silencio recorre
la torre ,
en su reloj que no corre,
sombra de luz mortecina
la farola la ilumina
de frío helada la torre…
Todo es quietud, es umbrío
vacío,
que el invierno ha detenido
tañido,
helado badajo y gonce
el bronce.
Ya no marcará las once,
las horas se le congelan
mientras, las almas recelan
vacío tañido el bronce…
Ahora, el árbol desnudo
que en crudo,
es su tiritar interno
invierno,
un soñar de primavera
la espera,
mientras, el ave viajera
al llegar a su destino
extraña el árbol y el trino,
que en crudo invierno la espera…
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Siempre te creces con los ovillejos, amigo Quinteño. Me has hecho sonreír al hablar del reloj parado. Tú no tenías por qué saberlo, pero ese reloj de la torre estuvo sin cambiar de hora durante toda mi infancia, juventud y gran parte de la edad madura hasta que, hace sólo unos años, se decidieron desde el Ayuntamiento a ponerlo de nuevo en marcha aprovechando una reforma integral del edificio. Ahora es un reloj muy moderno y preciso, según pude entender de las explicaciones de los responsables municipales, de esos que están conectados con un reloj atómico o algo así… en fin, una maravilla.
Me complace verte tan dispuesto al desafío de ovillejear estos poemitas de calendario, Quinteño. Con un abrazo.
Salud.
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Has interpretado la belleza exterior e interior, con una fotografía preciosa.
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La fotografía corresponde a la torre del Ayuntamiento de La Pola de Gordón (León), el pueblo de mi mejor infancia. Gracias, Julie.
Salud.
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Precioso. Evocador y también convocador de lo que nombra,
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Sólo es la memoria que reclama su espacio y el lugar del alma que le corresponde, amigo Quirico. Gracias por tu paso.
Salud.
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pd… acá eso sí el febrero es puro festín de color y calor jajaja 😀
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Pues… como tiene que ser, Elisa, como tiene que ser… Más gracias.
Salud.
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Lo has descrito bien, así es esa parsimonia del invierno
donde el alma se guarda detrás de cristales como testigo
mientras teje esperanzas primaverales.
abrazos y buena semana Julio
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¡Qué bien lo dices tú, Elisa! Gracias y un abrazo hasta tu verano chileno.
Salud.
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