Días de septiembre

Los días de septiembre
eran calles de León
y plazas,
días abriendo el curso
de Instituto
y eran los libros nuevos
con su olor de tinta fresca
y sus palabras nuevas.

Los días de septiembre
fueron pasos calle Ancha arriba
hasta la catedral y sus pináculos,
delicada altura gótica,
sombra de soportales de la Plaza
Mayor, chatos de vino agrio
en la Casa Benito,
la estrecha y quebrada calle
Matasiete,
Barrio Húmedo, isla de bares
y en Casa Blas más vino
y las patatas picantes
voceadas por el dueño,
cazurro y socarrón,
en céntimos y reales.

Los días de septiembre
eran días de paseo interminable,
Papalaguinda en las mañanas largas
y soleadas
de domingo,
las tardes tras las chicas por Ordoño
y en un escaparate los discos más vendidos,
en la cubierta los Beatles;
Love me do”, número uno
y la noche de aquel día
sonando en los altavoces,

poco dinero
en los bolsillos
y horas de sueños en sesión continua
envueltos en la penumbra de los cines
hasta el último pase.

González Alonso

22 comentarios en “Días de septiembre

    • Gracias, Brisa. Lo que apuntas en tu comentario me llena de alegría, porque el riesgo más grande de un poema costumbrista y, diríamos, localista como éste, es el de carecer de interés más allá de su lugar de referencia; el hecho de que consideres que la lectura evoca al lector los lugares vivos de la época que no conoció, me parece magnífico y me dice que el poema tiene algún valor. De nuevo, muchas gracias.
      Salud.

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  1. Bellísimo poema, Julio. Tus días de septiembre se podrían trasladar al Santiago de mi juventud sólo con cambiar los nombres de calles y bares. Hasta gozábamos de una hermosa catedral con larga historia y no faltaban soportales para resguardarnos de la lluvia. Del cine no recuerdo que hubiese sesión continua; pero al final de la película repetían las escenas más impactantes.
    Salud y un abrazo desde Palmeira.

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    • ¡Cómo me alegra que estos recuerdos evocados en el poema sirvan a los de otros lugares! Santiago es una ciudad hermosa, de ambiente estudiantil, llena de joyas arquitectónicas y calles para pasear y disfrutar el ambiente de sus locales. Gracias por pasar estos días de septiembre con la lectura de estos versos, Carmen. Un abrazo hasta Palmeira.
      Salud.

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  2. Que bella evocación de esos tan distintos días, de esa época pasada cargada de humildades, sencillez y felicidad, lejos, tan lejos de estos septiembres de bullicio y opulencia, tristemente fingida en muchas ocasiones.
    Cada verso es una fotografía, bella y nítida, poesía en estado puro.
    Enhorabuena, Julio, me encantó el poema.
    Fuerte abrazo y salud.

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    • Amigo Pedro, eres muy generoso y te agradezco las impresiones que sacas de este poema costumbrista. Tal vez, como dices, estas miradas atrás sin melancolías ni nostalgias sirvan como contraste con la fotografía de la actualidad. Cada época tiene su encanto si nos ayuda a vivir. Muchas gracias por tu aportación. Mi abrazo.
      Salud.

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