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Los ojos manantiales de azul, más grandes,
dueños ya del recuerdo
en miradas sin ira. En las manos
el tiempo, dibujo de sangre detenida
sobre la piel fría. Regueros abiertos
los labios a palabras disolviéndose en el aire
de la sonrisa breve;
en el pulso congelado de los chopos
polen viejo de primavera,
ausente pálpito de vida;
sólo los pájaros ponen un poco de calor
de verano,
luz, torre guardiana de los sueños;
veneros de aguas cristalinas los abesales,
sombra.
Julio G. Alonso
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Traducción al portugués por la escritora Tania Alegría del poema Torre guardiana en el cuaderno Um Oásis de Palavras, dirigido por Ana Muela Sopeña:
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