Los ejercicios de devoción.- Abate de Voisenon

2d4b37dcc5a9eb6fe0f4df55f4822d665b15dLOS EJERCICIOS DE DEVOCIÓN
del caballero ENRIQUE ROCH
con la señora DUQUESA DE CONDOR

Obra escrita en francés por el famoso y libertino
ABATE DE VOISENON
de alegre memoria y puesta en castellano por
JOAQUÍN LÓPEZ BARBADILLO

Akal Editor
Edicción faccisimil.-Madrid, 1978

El libro del que os doy cuenta puede considerarse entre los raros y curiosos. Como se desprende del título y portada, el contenido trata en tono irónico sobre las costumbres libertinas del siglo XVIII francés, imbuido de las enseñanzas de Voltaire y  las ideas de la Ilustración.

Con un desparpajo y soltura envidiables, estos ejercicios de devoción se convierten en las más finas imágenes del erotismo y la sensualidad desbordadas, en una crítica a la moral religiosa y el modo de burlarla y dar rienda suelta a los sentidos. Así, mientras coincide la pareja disoluta en casa de la dama protagonista, y en ausencia del marido por razones que no hacen al caso, se entregan con fervorosa pasión a la oración y los ejercicios de espiritualidad religiosa, encontrando a cada paso ocasión, pretexto y justificación de poner en práctica sus sueños eróticos.

Sorprenden el refinamiento y las costumbres licenciosas de la nobleza y la burguesía francesas del XVIII, refinamiento y costumbres que no creo superadas actualmente.

González Alonso

Los días de junio

Los días de junio
(Versículos a partir de «Las mil y una noches»)

Qué aurora tan luminosa la que me trae tu venida
un día entre los días de junio
oh, mi dulce esposa circundada de gracia.

Turbada la mirada
mi lengua nada puede decir, y siento ardiente
la exquisita dicha del amor, cautivo
de inaugurar esta jornada
con tu deliciosa contemplación, desnuda
entre las desnudas y primeras horas
que visten la mañana.

Como en las mil y una noches así me encuentras
desvestido y perdido en el desierto
de la ansiedad y los celos
en busca del agua fresca
que ofrece el beso en el manantial de los labios,
el que calma, sólo él, más de mil pesares, mil presagios
y mil penas.

Ven, amada mía, con tu honesta mirada
y el rubor de tus mejillas que avergüenza al mismo sol,
desanuda sin demora en la miel de tu boca
el difícil nudo de la espera
antes de que el viento funesto del otoño
marchite con su aliento el brillo de mis ojos
que hoy gozosos se posan
sobre tu cuerpo perfecto en miradas sensuales
y cubre de la vista de los hombres
con delicado tacto
el delgado vestido de la recta
y decorosa
castidad.

Has venido, sin saberlo, a obedecer tu destino. Y todo
es amor, todo el amor que habla
para que yo ponga a la puerta de mi torpe lengua
la cerradura firme del silencio.

González Alonso

Verano en dos tiempos

Verano en dos tiempos

Las muchachas paseaban su piernas
al aire
y los pájaros
cantan.

Las muchachas mostraban sus pechos
desnudos
en la playa
y los peces nadan la alegría
de las aguas.

Las muchachas sonreían en los parques
del verano
y se posa, tímida, una mariposa
en la rama.

Revolotean los pájaros el aire,
los peces huyen esquivos
por las aguas quebradas,
descansa la mariposa
extendidas
sus alas

y una sonrisa
feliz
me acompañaba.

González Alonso

 

Cita

 

Cita

Cuchillo, tenedor, cuchara;
cuchara, cuchillo, tenedor;
tenedor, cuchara, cuchillo;
vino en copa, servilleta,
vaso de agua,
camarero, tú
y yo,
huevo frito, arroz con leche,
sopa fría
con jamón; plato hondo,
plato llano, verduritas,
pan, pescado,
carne a la brasa;

y yo, mantel de hilo,
cucharilla, té,
tacita,
café helado, tú
y yo,
azucarillo y la noche,
cita, sueño, velas,
risa; en tu casa
o en la mía, hotel, llaves,
baile, música,
labio, beso, amor, caricia,
sábanas limpias,

y yo.

González Alonso

Ella se soltó el amor

Ella
se soltó el amor
y la melena cayó sobre su espalda;
el pelo golpeaba el bronce de la piel
y repicaba caricias más allá de su cintura
en  el leve movimiento sensual de las caderas.

Su mano izquierda acarició
el calor estremecido de su seno derecho; su mano derecha
alcanza
la tersa suavidad en el camino del pubis; así en la dura
redondez,  sus nalgas se aprestaron
al dulce embate
y Venus se derramó copiosa de venturas
en su hueco palpitante.

Lasciva, una sonrisa recorre su desvanecido cuerpo
y se hace en los labios voluptuoso beso,
ameno galanteo entre las manos,
suspiro que aún jadea en el aliento,
deliciosa ensoñación en los ojos aún cerrados
que florece en las palabras,
los propósitos
y  libertinos pensamientos.

Una vez más accede hasta sus pechos el lúbrico deseo
para inundarse de placer en el combate
y rendirse al empuje de la entrega
sin tregua
y condiciones.

Ella
se soltó la melena
y el amor cayó sobre su espalda.

González Alonso

Frutal

 

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Cerezas en tu boca, fresa
en tus labios, en tus ojos
luz de miel
y castañas. Amor frutal.
Naranjas tus pechos, granada
abierta
tu sexo, melocotón
la piel
al suave tacto.

Acunas besos en tu boca, caricias
de palabras por tus labios;
sueños en los ojos. Amor
sensual. Tus senos
al encuentro de mis manos, como
flor de azahar estremecida
el jadeo excitado de tu aliento
y ese temblor que corre por tu espalda,
el calor entre tus piernas, el deseo
por tu vientre
alas de mariposas
revolo
te
ando.

González Alonso

Ofrenda

Nos perfumaba el placer de la carne
y el aroma de higueras; sólo ya
felicidad del alma, llaga de agua
de la concupiscencia,
arañazos de piedra,
cataratas rupestres,
realidad quieta,
imagen que se mueve, y dónde –nos miramos-
estábamos nosotros
cuando en ofrendas de hecatombes
en los altares los toros ardían en hogueras.

Nos abrazaba la vida en miradas de almendra
y miel; ya sólo
beso de ingles y contenido aliento
de bosques entregados a los abrazos de las ramas
primaveras.

Qué ha de ser si en los párpados encierro tus miradas,
si en mi saliva la sal de tu piel, tus pechos
en los labios
y caricias de otoños en mis manos, si nos aroman
aires de cumbres donde alcanzan
sólo los dioses a respirar su esencia.

González Alonso

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Aire arriba

Cantante Katy Perry

Aire arriba las faldas
me lleva por tus muslos al deseo
del placer de atracar entre tus nalgas. Eres mar
rugiendo embravecido de lujuria
en las olas alzadas de tus pechos
y es mi pasión bajel echando el ancla
en el puerto seguro de tu sexo.

En el enhiesto mástil de mi nave
eres vela inflamada por el viento;
aguas son que humedecen mi costado
de uno en uno, a la vez, todos tus besos.

Ignoro a qué costa de lascivia
arribará mi nave ni en qué arena
hundirá sus cuadernas y su quilla;
mas no importa si en esta travesía
igualará tan solo el don de amarte
el gozo de encallar entre los brazos
del fondo de tus playas y en tu orilla.

González Alonso

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La Escuela de la desobediencia.- Sobre L’École des filles (Anónimo) y Ragionamenti de Pietro Aretino. Compañía Producciones Andrea D’Odorico y Teatro Portátil.

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María Adánez y Cristina Marcos

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La Escuela de la desobediencia.
Texto adaptado por Paco Bezerra sobre L’École des filles-Anónimo- y Ragionamenti, de Pietro Aretino

Producciones Andrea D’Odorico y Teatro Portátil
Director: Luis Luque

Teatro Barakaldo (Vizcaya) 18 de marzo de 2012

No hay muchas maneras mejores de pasar una buena tarde de domingo. El teatro es causa de entretenimiento, de conocimiento y sorpresa, así como mágica realidad irrepetible en cada representación que solamente podrá ser revivida en la memoria del espectador y la huella de la emoción que nos deja.

De entrada, debo reconocer en el trabajo escénico de la obra La Escuela de la desobediencia, la seriedad con que las actrices solventaron el difícil reto de llenar de magia, complicidad y poesía, todo el tiempo de la representación, del primero al último minuto. Supieron llevar su actuación con sensibilidad y arte sin dejar un resquicio, una duda, al tiempo vacío; todo fue ritmo y cadencia con el contrapunto ocasional de la música renacentista a la viola da gamba de Sofía Alegre y la voz de la soprano Rosa Miranda. Y me gustó más, si cabe, porque las actrices superaron el cliché televisivo de las series en las que obtuvieron notables éxitos, para interpretar con toda la gama de matices posible  sus personajes, libres ya de los moldes prefabricados. Fantásticas ambas, María Adánez en el papel de Fanchon, y Cristina Marcos en el de Susanne.

Pero hechos estos reconocimientos y los que corresponden a la parte del Equipo Artístico, con la dirección de Luis Luque, y al Equipo Técnico, tal vez merezca la pena detenerse un poco en comentar el porqué del interés de este texto adaptado por Pedro Bezerra.

Los antecedentes en los que se inspira esta obra se encuentran en los textos libertinos franceses del siglo XVII, entre los cuales contamos con L’École des filles ou La Philosophie des dames, atribuida a Michel Millot y por ello condenado a la horca mientras quemaban los libros “contrarios a las buenas costumbres” De otros textos, como Los ejercicios de devoción, del Abate de Voisenon, he dado cuenta aquí, en el apartado de Lucernarios, Biblioteca de bitácora.-libros para leer y releer. Pero, en su momento, y después de vista esta bien representada Escuela de la desobediencia, comentaré y os recomendaré otros escritos como La Academia de las damas, del maestro Nicolás Chorier, y Margot la remendona de Fougeret de Montbron.

María Adánez y Cristina MarcosMe pareció, en las lecturas libertinas francesas referidas, siempre reseñable la vigencia y el valor de actualidad que encierran; vigencia y actualidad confirmadas en la puesta en escena de La Escuela de la desobediencia, con un planteamiento arriesgado, austero aunque ricamente acompasado con la música y la iluminación, para dar protagonismo a un texto irónico, directo, sugerente y crítico, en las escenas que se van sucediendo cargadas de un fuerte erotismo o una tierna poesía. El trabajo de dicción de las actrices, modulando de manera exquisita la voz en cada situación, junto a una muy bien estudiada y acertada expresión corporal, hicieron que el reto fuera superado con indudable éxito. El lenguaje explícito sobre el sexo se hace al margen de eufemismos y explicaciones retóricas; no es ni obsceno, ni cutre, ni procaz, como habitualmente ocurre en tantas películas de éxito o programas televisivos de gran audiencia donde la vulgaridad y la banalidad los hacen grotescos. Sin embargo, todavía en el teatro parece que causa reparo y se ponen objeciones al desnudo y el erotismo. Hablo en general, no exactamente por esta obra, aunque sí por las reacciones que he podido presenciar en otras similares o más atrevidas.

Quería referirme, como dije, a la vigencia y actualidad de una obra que, arrancando del siglo XVII, nos trae al siglo XXI la voz de la mujer y la reivindicación de su sexualidad y la libertad para sentir, desear y amar. En este sentido, no resulta baladí la denuncia que se hace de la doble moral que niega a las mujeres lo que se admite en los hombres; la crítica a instituciones como la Iglesia, en la que sus miembros, monjas, frailes, curas y obispos, practican sin mesura, con esmero y refinamiento, lo que prohíben y persiguen desde los púlpitos, o la denuncia de una educación al servicio del control y dominio de la vida de las mujeres, negándoles la sexualidad y el placer mediante la información falseada, la reprobación moral y el miedo.

En el transcurso del desarrollo de la obra teatral, una joven sobrina es instruída por su tía sobre los diferentes aspectos de la sexualidad femenina y las distintas maneras de disfrutar con un hombre. Luego vendrá la parte práctica, arreglándoselas para que todo ocurriera en el debido secreto y ofreciendo a familiares, vecinos y conocidos, la más casta y honrada imagen que se pueda exigir e imaginar. Las apariencias esconden una conducta en la que la fuerza de la naturaleza se abre paso por encima de las normas sociales y la represión de los impulsos. La joven así instruída encuentra la felicidad de sentirse viva con su vida y con su cuerpo y, aprendida la lección, no está dispuesta a renunciar al fruto de su aprendizaje. Claro está que todo ello, como se ha dicho, ha de vivirlo guardando las apariencias y cumpliendo con las pautas marcadas para su condición social, entre las que se encuentra el matrimonio convenido por los padres. Ante el rechazo de la joven, la tía le hace ver que esto no será obstáculo para su felicidad porque puede fácilmente engañar a su marido. Pero algo más profundo planea sobre el alma de la joven, que va más allá del deseo y unido al placer, como es el amor y su libertad de elegir. Porque cuando se abre la puerta de la libertad y se experimenta el placer y la felicidad, pero las normas y las costumbres no cambian, ¿cómo hacer para seguir viviendo sin renunciar a la vida y el placer de ser feliz sin ser por ello objeto de persecución y castigo? Por ello, ante esta imposibilidad, una última solución asoma amenazadora a la mente de la joven. La tía se espanta y preocupa, pero la sobrina le sugiere que tal vez de este modo en tantas ocasiones enviudaron jóvenes casadas, arrojando, de paso, una sombra de duda sobre la temprana viudedad de su propia tía. El dilema está propuesto y la solución moral al dilema se exige de manera dramática. El final de la obra es, así, una última denuncia que nos requiere una respuesta; pero esta última respuesta será, necesariamente, también la respuesta a todas las críticas expuestas sobre la represión de la sexualidad femenina y su papel en la sociedad. Asignatura pendiente.

González Alonso
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Cristina Marcos y María Adánez

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