La isla del aire.- Alejandro Palomas

la-isla-del-aire-en-teatro-del-soho-caixabank-3La isla del aire.- Alejandro Palomas
Producción: Teatre Romea

Intérpretes: Vicky Peña; Teresa Vallicrosa; Nuria Espert; Claudia Benito; Candela Serrat
Dirección: Mario Gas

Teatro Barakaldo
18 de mayo de 2024

En “La isla del aire” se pone de manifiesto que la tragedia de la soledad, como otras muchas tragedias, no es patrimonio de la vejez; en los años de la más tierna juventud encontramos que ya tiene asiento. Los proyectos vitales, las ilusiones y compromisos, son barcos heridos que navegan o naufragan con toda su carga emocional en cualquier momento de la vida. Muchos llegan a puerto, pero no sin heridas.

TEATRO-MADRID-la-isla-del-aire-4-1100x733Ante todo, más allá del párrafo introductorio, debo confesar lo que pienso. Y creo que si esta obra teatral no hubiera sido representada por quienes lo hicieron, ni dirigida por quien la dirigió, habría resultado aburrida o desmayada en muchos de sus tramos y poco apreciada en su conjunto. Basada en en la novela de Alejandro Palomas me pareció que el esquema dramático se resentía y apenas cuajaba la emoción en una cierta falta de ritmo en los diálogos que Nuria Espert y el resto de actrices, en mayor o menor medida, consiguen sostener gracias a sus enormes capacidades interpretativas. Destacaría, sobre todo, el trabajo de las más jóvenes actrices, Claudia Benito y Candela Serrat. El final de la representación se adentra con convicción en el teatro de verdad y lo hace con éxito, aunque no sea suficiente para justificar y salvar el resto de la obra que me pareció, aunque digna, bastante convencional.

Nos encontramos con historias que podemos extrapolar al común de los mortales; las de los secretos mal soportados y responsabilidades peor asumidas, así como todo aquello que lo acompaña, la tristeza, el desánimo, la frustración y –sobre todo- la soledad y el miedo.

Sobre las tablas de la vida hacen aparición cinco mujeres de una misma familia, abuela, hijas y nietas, que han perdido en un accidente marino a uno de sus miembros y que, reunidas por la abuela, acabarán enfrentándose a la historia de sus vidas y el dolor de sus fracasos. En ese viaje a la isla de la tragedia, rodeadas por el mar de la angustia, el aire esparcirá las velas de la angustia y los secretos volarán por entre ellas para liberar su carga de dolor.

Una tarde de teatro y admiración, sobre todo, de la gigantesca figura de Nuria Espert, capaz de cualquier aventura dramática y que, pese a su avanzada edad, no le falta energía para dar vida a su personaje con cada gesto y en cada inflexión de su voz. Tarde de teatro feliz, a fin de cuentas.

González Alonso

Un delicado equilibrio.- Edward Albee

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Edward Albee

Producciones Teatrales Contemporáneas
Dirección de Nelson Valente
Intérpretes: Alicia Borrachero; Ben Temple; Manuela Velasco; Joan Bentallé; Cristina de Inza; Anna Moliner

Teatro Barakaldo.- 25 de febrero de 2024

Edward Albee (1928/2016), uno de los reconocidos representantes del teatro clásico americano de los años 60 del siglo XX, sigue la estela –siendo más joven- de autores como Tennessee Williams, Eugene O´Nell, Thornton Wilder o Arthur Miller y sus imperativos éticos. Es un teatro en el cual el texto y el contenido adquieren un protagonismo crucial en el desarrollo de la trama marcando el curso de la acción de la obra, con gran profundidad, carga crítica y análisis psicológico de los personajes. En ese universo dramático EdwardAlbeenos resultan próximas obras como El zoo de cristal, Un tranvía llamado deseo, La gata sobre el tejado de zinc (Tennessee Williams), Todos eran mis hijos y Muerte de un viajante (Arthur Miller), Á Electra le sienta bien el luto, (Eugene O´Neill, Premio Nobel 1936) o Nuestro pueblo (Thornton Wilder).

¿Qué se nos presenta en Un delicado equilibrio? En cierto modo, por lo menos en lo que concierne al alcohol y las relaciones tóxicas, podemos decir que estamos ante el melodrama descarnado del mismo autor, ¿Quién teme a Virginia Woolf?, aunque con menor intensidad. La familia media americana de los años 60 es puesta contra las cuerdas del resentimiento y los reproches como modo habitual de comunicación, y a través de ella se nos revela la crisis del mundo occidental, al menos en los Estados Unidos, con la angustiosa sensación de vivir el fin de la seguridad, ese sentimiento que abarca lo confortable, lo seguro y permanente de la vida cotidiana, lo que cabe esperar de ella en cuanto a estabilidad y que se tambalea entregando a sus protagonistas a un mar embravecido como bajeles a la deriva.

No hay resquicio de esperanza para esta familia acomodada, una institución familiar dominada por las apariencias y obsesionada con la conducta correcta, pero carente de afectos, sentimientos y ternura que hace que todo se convierta en una lucha agónica por sobrevivir sin ahogarse en el marasmo de la desidia y la soledad. Sigue leyendo