Plato de percebes

PLATO DE PERCEBES

Músculo y brío, fe sobre la roca
que ante el mar y las olas, desafiante,
alzas tu cuerpo en el batir constante
del agua desatada en furia loca.

En la pota el calor cuando te toca
con la sal y el laurel, en un instante,
eres lujo de mesa en restaurante,
golpe de mar que estalla en nuestra boca.

Océano de espumas en el plato
con tus recios aromas y sabores
nos seduces y rindes de inmediato;

desvistiendo tu carne sin recato
desatas en pasión nuestros amores
y en amor la pasión con arrebato.

No hay nada más sensato
que ante manjar tan rico y deseado
vencer la tentación con el pecado.

González Alonso

Pan candeal

PAN CANDEAL

Candeal, pan sobado, miga prieta
en masa que reposa sin tardanza
y en amasado lento, lento alcanza
la más alta virtud de esta receta.

Ningún otro gran pan tu fama inquieta,
ninguno te supera en comparanza
ni resiste en sabor la semejanza
ni el hambre como tú ninguno aquieta.

Pan aflorado, bazo, pan cenceño,
de tardajos, pan ácimo, sentado,
con el tremés compiten con empeño.

Pero de todos este pan bregado
que en el horno de leña es pan de leño
será en la blanca hogaza el más preciado.

González Alonso

Algarabía

ALGARABÍA

Aún recuerdo tu mano reposando en mi pecho,
el brillo de tus ojos buscando en la mirada
más allá de los míos la luz de los ensueños,
alegre algarabía de abrazos entre sábanas.

Fuiste rumor de otoño como fueron los besos
manantial del amor, ángeles en su vuelo
desnudos por los aires inquietos del deseo.

Esquivos, los recuerdos me visitan a veces
y la tristeza entonces se hace dueña del alma
como se hace la noche oscuridad y sombras
que agitan los fantasmas de la melancolía.

Puedo también, entonces, evocar tu sonrisa,
tu pelo libre al aire y el calor de tus pechos,
tu cintura estrechada al nudo de mi abrazo
y en tu voz el aroma de la pasión diciendo
temblorosos los labios las palabras te quiero.

Ahora que la distancia de la vida y los años
arropa la memoria borrosa de las cosas
tal vez pueda al resguardo de los días lejanos
nombrarte sin dolor y sin dolor nombrarme
cuando inunden mi aliento con su rumor callado
las olas que remueven el sueño silencioso
de las finas arenas en las playas del tiempo.

González Alonso

Homo sum

HOMO SUM
(Homo sum: humani nihil a me alienum puto.
Soy hombre: nada humano me es ajeno)
Terencio

Mira y ve que no estás solo
y una alargada sombra te acompaña;
mira las otras sombras que la cruzan
y susurran sus quejas a tu paso.

Mira que el hombre se hace junto al hombre
y que sólo es persona en compañía,
sólo es en el dolor y la alegría
a medias compartidos con su nombre.

Recuerda esto, Terencio te lo advierte:
Soy hombre: nada humano me es ajeno”,
y la voz de los siglos lo recuerda
para el bien que, común, a todos sirve.

Como en otras palabras de Lucrecio,
tal vez de tanto y tanto ver el cielo
en su noche estrellada y complaciente
la belleza de tan oscuro velo
te parezca ya en nada sorprendente.

Oye, si no, en la voz de Cicerón
hablar desde su firme y fiel discurso:
Esto te digo, -dice-
no hemos venido a nacer
para nosotros sólo
. Y a Séneca advertir
locuaz y estoico:
Si para ti quieres vivir, debes saber
que debes antes
vivir
tú para el otro
.

Recoge, pues, tu sombra a tus espaldas
y en el humano abrazo solidario
aligera su pesada carga.

Ser persona, ser miembro, ser ramaje
del tronco del robusto árbol
que a la sociedad sostiene
y no perdida sombra solitaria
es ser;

amar el mundo en su esencia
natural, -os digo- libre de dar,
libre de recibir y libre
en libertad
del yugo
de la inútil y estéril compañía
de la soledad.

González Alonso

Auri sacra fames

AURI SACRA FAMES
(Quid non mortalia pectora cogis, auri sacra fames! ¡A qué no obligarás a los corazones mortales, maldita hambre de oro!.- Virgilio)

Debo hablar de nuestro tiempo. ¿Pues qué, sino? ¿Acaso
el futuro no será fruto de éste?
¿No somos, por ventura, huella del pasado
y cicatrices de sus heridas?
Debo hablaros de esas cicatrices
y las heridas heredadas, las que aún supuran
en la carne de la ambición
humana
y late en los corazones cegando los sentidos
abrazada a la vida como la asfixiante hiedra
a los muros de la casa que hunde sus raíces
en las piedras.

Mirad a los déspotas del mundo
y veréis su reflejo
en los ojos de las gentes
que llenan las urnas
con sus votos. La locura
elevada  al poder, la necedad
hecha ejemplo, la mentira
hecha verdad, el crimen convertido en acto
de justicia, el odio en sus acciones
y las bombas sobre todos los rincones de la tierra.

¿No veis, acaso, la muerte viniendo a vuestra casa?
¿Para qué os servirá todo el oro del mundo
cuando no haya nada que conseguir?
Porque vosotros seréis los siguientes
en la lista de exterminio
de los déspotas del mundo. Sabedlo. Vuestro voto
es el reflejo de un alma pervertida
y vuestro final, esclavos
de la protervia
y verdugos
de la paz, necios presos
de la idiotez insolente
y ciega
de vuestros raquíticos corazones
para acabar con el regalo de la existencia,
el desprecio de la honda capacidad del pensamiento
donde la razón sea para la vida
fuente de sabiduría
corriendo fértil con el rumor
de los ríos profundos.

González Alonso

El pensador

EL PENSADOR

El pensador es ave de presa sobrevolando en círculos
el azul del cielo que busca explicaciones
en la tierra. Siempre alerta. Siempre
en el trabajo
de mover la noria de las eternas preguntas
para extraer el agua siempre escasa
de las respuestas.

El pensador, en ocasiones, es aquél que duda
y mira al cielo
desde su finita pequeñez y su torpeza
entregado a la pasión
de entender los límites
de lo infinito
que su razón no alcanza; y otras,
la compleja realidad de su existencia.

Y se pregunta
cómo siendo Yo
Soy el que sueña, Soy
El soñado
y Soy quien habla y quien
lo cuenta. Tres personas distintas, tres
únicos personajes
máscaras del mismo Actor.

Como el dios plural transformado en Uno
cree entender
cómo es tres Personas a la vez
sin dejar verdaderamente de ser Uno..

Y, entonces, duerme tranquilo
a la orilla de sus pensamientos
hasta el próximo día.

González Alonso

Ser viejo

SER VIEJO
Dum spiro spero – Cicerón
(Mientras respiro, espero)

Acarician los ojos
lo que acariciaba
antes
la pasión.
Cabe todo el amor
en el beso
de un abrazo,
la mirada ensimismada,
la palabra que alcanza
apenas
a mover el labio.

Por entre las nubes rotas
de la edad
llueve la ternura.

Pasan los días.
Ser
sólo tiempo,
memoria retenida, reloj
de horas desgastadas.
Ser viejo.

González Alonso

In uquoque virorum bonorum habitat deus

IN UNOQUOQUE VIRORUM BONORUM HABITAT DEUS
(Un dios habita en el corazón del hombre bueno)
Séneca

Busco respuestas sobre la muerte
en el corazón de los hombres buenos,
morada de generosos sentimientos
en los que habita un dios. Respuestas
filosóficas
construidas con los mimbres de la razón
y el pensamiento; respuestas
mitológicas
habitadas por seres luminosos que pueblan
los espacios inaccesibles de la experiencia; respuestas
teológicas,
las que bucean la invisibilidad de los dioses
y sus poderes, que exceden
los límites del Universo.

Y no encontraré la respuesta que busco;
siempre algo fundamental queda en suspenso,
como un árbol frondoso de ramas anchurosas
que arañan el aire con  rumor inacabable.

Un último intento. Y vuelvo al corazón del hombre
para preguntar de nuevo.
Paciente, el hombre bueno, desde la inmensa mirada
de la dulzura, la visión insondable
del amor, observa y me invita a buscar con más ahínco
más respuestas.

Tardo
en comprender mi torpeza,
en encontrar para la muerte
las respuestas
poéticas
que tenía para la vida.

Porque el corazón del hombre bueno
es como el pozo espacioso que acoge en calma
entre las sombras
todas las respuestas,
las únicas posibles. Y
vienen a mis labios –luego-
como agua fresca y fecunda,
y determinan el sentido de los actos
y la razón del tiempo
que inexorable empuja las agujas del reloj
de la existencia
hasta el último impulso.

González Alonso

VALORES

VALORES
Bondad, verdad y belleza
todo es cortado de una pieza

(
Refranero)

Verdad, pero no
absoluta. Verdad
que duda; verdad que hermana
y construye puentes,
luminaria en mitad de las sombras
de la noche,
madre
de la justicia.

Bondad alejada
de la compasión y la
misericordia; bondad que acaricia el amor,
se abraza a la amistad en el placer de compartir
el éxito de los demás, hermana de sus fracasos,
humilde y solidaria.

Belleza en cada gesto,
gota de luz, roca que arde,
hierba sola entre millones,
y única.

González Alonso