Plato de percebes

PLATO DE PERCEBES

Músculo y brío, fe sobre la roca
que ante el mar y las olas, desafiante,
alzas tu cuerpo en el batir constante
del agua desatada en furia loca.

En la pota el calor cuando te toca
con la sal y el laurel, en un instante,
eres lujo de mesa en restaurante,
golpe de mar que estalla en nuestra boca.

Océano de espumas en el plato
con tus recios aromas y sabores
nos seduces y rindes de inmediato;

desvistiendo tu carne sin recato
desatas en pasión nuestros amores
y en amor la pasión con arrebato.

No hay nada más sensato
que ante manjar tan rico y deseado
vencer la tentación con el pecado.

González Alonso