Cada rincón
guarda la mínima cadencia
de un recuerdo.
Puede tener
tres
o cuatro telarañas;
puede ser de un blanco
puro
o recogerse tímido
en la penumbra de la alcoba.
Cada rincón
atesora el secreto
de un sueño inalcanzable
o esa ilusión lograda.
Mirándolos con cuidado
pueden parecer hermosos
u horriblemente desolados.
Cada rincón
esconde una palabra
en su vacío. Lloran
en silencio
y nadie los escucha.
Hay
rincones fríos.
González Alonso
Comentarios recientes