Archivo de noviembre 2017

22
Nov
17

La Extinta Poética.- Eusebio Calonge

La Extinta Poética
Eusebio Calonge

Teatro Municipal de Leioa (Lejona)
1 de noviembre de 2017

Dirección.- Paco de la Zaranda

Intérpretes.- Carmen Barrantes, Laura Gómez-Lacueva, Ingrid Magrinyà, Rafael Ponce

Nueve de Nueve Teatro

La primera escena, con la visión de la novia esperando inmóvil con su ramo de flores en la mano, es como un primer verso magistral e impactante; la última escena, con la danza de la muerte del cisne (Camille Saint-Saens), resultará ser la escritura de un inmejorable verso de cierre. En medio, el poema. Y la poesía.

La inspirada propuesta de Eusebio Calonge y la dirección de Paco de la Zaranda se proyectan sobre el escenario de la mano del elenco Nueve de Nueve.

Si me pusiera a buscar adjetivos para este espectáculo teatral, mencionaría el esperpento, la tragedia, el hondo lirismo, el fracaso existencial, el absurdo, el hastío y otros muchos envueltos todos ellos en la expresión de un lenguaje vestido de una brutal realidad. Todo gira en el torbellino emocional de una familia de clase media baja abrumada por las circunstancias, padre, madre y dos hijas, una de ellas con una grave discapacidad que la tiene postrada y con una limitada capacidad de movimiento y habla.

Afrontar con escasos recursos económicos una situación severa acaba por liquidar los recursos humanos, resquebrajándose la dignidad, los sentimientos y la capacidad de resistencia. Todos quieren y anhelan vivir más allá de los límites impuestos por la necesidad. El amor, los sueños, la esperanza, acabarán en frustración y el recurso a la farmacopea como dique de contención a la ansiedad y la desesperación provocadas por la consciencia de estar pasando toda la vida soñando todo lo que nunca se va a alcanzar. El dique se agrieta, sobreviene la inundación devastadora y en medio del caos, desde la fragilidad y la entereza del ser más débil y limitado, surge la vida y se alza la belleza. Es la poesía.

La obra, interpretada –como no podía ser de otro modo- con la marcada impronta de La Zaranda, va más allá de la conmoción y la emoción; explora quirúrgicamente la vida cotidiana abrumada de pequeñas heroicidades y atroces miserias.

Nada que objetar. Autor, director, técnicos de sonido e iluminación, intérpretes y público, conforman un espacio y oportunidad únicos e irrepetibles en cada actuación. Sólo conviene, a estas alturas, recomendar que público, intérpretes, director, técnicos y texto de su autor, se encuentren nuevamente en nuevos y numerosos teatros para facilitar la catarsis existencial de que estamos necesitados, hacerlo con la voz de la poesía y entender que si la vida es puro teatro, el teatro nunca deja de ser pura vida.

González Alonso

11
Nov
17

8 años de Lucernarios

 

Ocho años no es nada en la historia de cualquier Historia, ni siquiera en la de la vida de una persona; sobre todo si ésta es aún muy niña, ese momento mágico de cuando se es eterno. Por eso, aparte de constatar que la Tierra ha dado otra vuelta alrededor del Sol y que los humanos seguimos empecinados en los mismos errores, poco más que agregar.

Algunos poemas, algunos viajes a lugares próximos y a la vez tan alejados en su cercanía, escenas de teatro y libros que han formado el alrededor de la vida personal de quien escribe y testifica, y eso viene a ser todo al viento de los pendones de mi tierra leonesa. El resto, amigos míos, lo ponéis vosotros con vuestras experiencias y sensibilidades en cada una de vuestras lecturas y creaciones personales. Y esa es la suma.

Ocho años con vocación de más años. Un abrazo y salud.

 

03
Nov
17

La vida es sueño.- Calderón de la Barca

La vida es sueño
Calderón de la Barca

Teatro Santurtzi / Santurce
1 de noviembre de 2017

Teatro del Temple

De “La vida es sueño” –como ocurre con el Quijote-, sin haber sido vista o leída no pocas personas conocen algunos pasajes e incluso algunos versos. No es infrecuente en una conversación escuchar a modo de conclusión: ¿Qué es la vida? Un frenesí / ¿Qué es la vida? Una ilusión / una sombra, una ficción, / y el mayor bien es pequeño: / que toda la vida es sueño / y los sueños, sueños son.

Y sin saber siquiera que correspondan a “La vida es sueño” y Calderón de la Barca, hay quienes recitan estas décimas: Cuentan de un sabio que un día / tan pobre y mísero estaba / que sólo se sustentaba / de unas hierbas que cogía. / ¿Habrá otro – entre sí decía- / más pobre y triste que yo? / Y cuando el rostro volvió / halló la respuesta viendo / que otro sabio iba cogiendo / las hierbas que él arrojó.

La vida es sueño” es un alegato a favor de la libertad humana y su capacidad de elección frente al destino. Calderón ubica la trama en el reino de Polonia. El rey, temeroso de que el destino de su hijo como rey fuera el de un tirano, lo encerrará desde niño en una torre del castillo, vigilado por Clotaldo, fiel servidor del rey, que evitará que se tenga noticia de la existencia del mismo.

Cuando llegan desde Moscú a la Corte los sobrinos del rey, Astolfo y Estrella, con la intención de casarlos y convertirlos en los herederos del reino de Polonia, aparecerán también Rosaura, disfrazada de hombre, y Clarín, su criado. Rosaura resulta ser hija del carcelero Clotaldo, que iba tras la pista de Astolfo para exigirle que cumpliera la palabra dada de matrimonio, pero se encuentra con Segismundo, el hijo del rey encarcelado. Clotaldo descubre la identidad de Rosaura como su hija y se ve enfrentado al dilema de denunciarla ante el rey o proteger su vida. Decidido a ser fiel por encima de todo, denunciará a su hija ante el rey, pero éste no toma en consideración la denuncia porque él mismo había llevado dormido a Segismundo a la Corte, descubriéndole quién era y haciéndolo público. El rey esperaba que se comportara de manera civilizada y respetuosa, pero decide volverlo a dormir y devolverlo a su encierro al comprobar que Segismundo se comporta de manera soberbia y cruel.

Segismundo despierta de nuevo en su prisión y empieza a dudar de si está despierto o soñando. Mientras tanto, el pueblo de Polonia se subleva contra su rey porque no quieren a un príncipe extranjero en el trono; liberan a Segismundo y éste, tras derrotar a las tropas leales al rey, decide comportarse de manera generosa y magnánima, perdonando a Clotaldo, a su padre, devolviendo a Rosaura su dignidad casándola con Astolfo y casándose él mismo con Estrella.

Todo el enredo se resuelve felizmente. Lo que, en mi opinión, no se resolvió tan bien fue la puesta en escena del Teatro del Temple. Respeto las buenas críticas que este elenco aragonés ha cosechado. Pero no las comparto. A mí me pareció que el montaje fue demasiado ruidoso y que se abusó de los efectos especiales para unas interpretaciones dispersas y poco orientadas en la misma dirección dramática, dando una vaga y extraña sensación de estar presenciando interpretaciones aisladas en medio del barullo de los coros. El personaje del rey resulta anodino, el de Astolfo, fuera de lugar, y el resto del elenco bastante perdido en sobreactuaciones injustificadas o registros planos.

Eché en falta una buena dirección escénica y un trabajo de interpretación en el que gesto y voz fueran coherentes y creíbles.

Evidentemente, la representación siguió un ritmo irregular con momentos de acierto y algunas escenas bien logradas. Pero, en conjunto, creo que se perdió la ocasión de que la obra funcionara. El trabajo de dicción es bueno, dada la dificultad que entraña el verso; se sigue sin dificultad el desarrollo de la trama, aunque el recitado resultara en ocasiones falto de registros, porque gritar no lo es todo.

Una tarde, no obstante, agradable y agradecida por esta apuesta difícil y complicada. Vaya mi aplauso para todo el trabajo, mucho, y esfuerzos desplegados.

González Alonso




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