El rey Lear
William Shakespeare
Teatro Serantes, Santurce.- 22 de noviembre de 2025
COMPANHÍA DO CHAPITO
Dirección: José C. García
Reparto: Carlos Pereira; Susana Nunes; Tiago Viegas
Crónica de una decadencia –la del rey Lear- y una diatriba mordaz de la ambición y la obsesión ciega por el poder, la ingratitud filial, los enfrentamientos violentos y la locura que subyace en la crítica social del texto.
¿Y cómo lo hacen? Desde luego, con un trabajo minucioso y un estudiado humor, con desenfado, naturalidad y recursos que pasan por el gesto, la expresión corporal, el mimo y lo mejor y más representativo del teatro del absurdo. No hay decorados y la austeridad de elementos sobre la escena traslada toda la carga interpretativa a la voz y el cuerpo.
En cierto modo, este ejercicio de metateatro que se cuestiona la misma representación e involucra al espectador en su desarrollo con guiños, preguntas retóricas y solicitud de aplausos, pone en solfa el texto canónico con su contenido crítico y solemnemente trágico de William Shakespeare. El resultado buscado es la denuncia de lo más esperpéntico de la condición humana y sus pasiones. Y todo ello –sin perder el respeto por la obra de Shakespeare cuyo argumento seguirán de manera fiel- hace que lo trágico aflore en cada gesto y la risa provocada en cada escena.

La adaptación de esta pieza teatral es una verdadera obra de arte, elaborada y compleja, enfrentándose a un gigante de la Literatura y una de sus obras más representativas y emblemáticas. Lo hacen estos tres intérpretes –una actriz y dos actores- con la capacidad de mostrarnos en toda su diversidad a todos los personajes, ejércitos, batallas y circunstancias del argumento en su desarrollo. Sigue leyendo

Ajú vivía en la cueva de La Loba, que se abría en la pared rocosa de la Montaña Blanca por encima del bosque.
Un día que salieron de caza se movían por el faedo con sigilo, escuchando con atención todos los ruidos y buscando en el suelo rastros de huellas de los animales que al amanecer bajaban a beber al río. Ajú no sabía que Ajá estaba de caza, y Ajá tampoco sabía que Ajú se encontraba en el bosque.
Las flechas de los arqueros salieron silbando al rasgar el aire en busca de la presa y alcanzaron al jabalí al mismo tiempo, dejándolo muerto al instante.
