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Tienes la miel en besos que los labios
liban en tu panal de amor y sueño
y es en la dulce entrega de tu empeño
que me olvido de todos los agravios.
Hoy la suerte que gira en astrolabios
por la celeste luna de tu ceño
es la pasión que con pasión domeño,
ausencia de temor, vanos resabios.
Es todo en tí entrega generosa
y en tus ojos mis ojos cobran vida
en jovial alegría primorosa.
Si algún día sufriera tu partida
vendría a mí la muerte presurosa,
me iría tras la dicha perseguida.
González Alonso
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