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Elegía
A la memoria de Juanjo García Zaldívar
¡Qué pronta, dura, caprichosa suerte,
de qué ángel del cielo fue el descuido
si era más lo vivir que lo vivido
cuando celosa te abrazó la muerte!
¡Quién colmará el vacío de no verte,
quién las penas podrá dar al olvido,
quién sabrá razonar tal sinsentido
si sólo es desconsuelo el no tenerte!
El hueco irremediable de tu ausencia
de blanco invierno cubrirá tu nombre
como un gran manto puro de inocencia.
Despertarán las flores su impaciencia,
mas no habrá primavera para el hombre
ni alegría del sol sin tu presencia.
González Alonso
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