.
.
.
Pasó la primavera, y el verano
al otoño se rinde sin sorpresa
cuando el rosal que está sobre mi mesa
con hojas verdes se vistió lozano.
Pude admirar después en su liviano
florecer, las tres rosas; la que besa
con su color la altura; la que expresa
su timidez al roce de mi mano
y la tercera rosa con los dones
en llama de amor viva del deseo
del rojo terciopelo de sus pétalos.
Cuando el otoño venga con los años,
en el rosal reseco de la vida
verás crecer los últimos regalos.
.
González Alonso
Comentarios recientes