Ahora estoy en Madrid. En los cafés
se remueven
posos del 2 de mayo; en las calles
rumores de resistencia y guerra
del 36. Pero todo
está en la mirada y la memoria. La luz
se cuela por entre la lluvia que agrisa el cielo
y todo lo humedece
y todo lo hace lágrima. Madrid
es ante mí juventud que se abraza
y amor
por las esquinas; es kilómetro cero
de todas las esperanzas,
jazz en el Eslava, oración y arte entre muros
de monasterio, museo del mundo
El Prado, gentes venidas
de los cuatro puntos cardinales, discursos
de parlamento
y voz ilustrada
y erudición y alto estilo
de Manuel Azaña.
¡Cómo se alargan las luces y las sombras
a hombros de tu historia,
Madrid, a donde llegar ya es un regalo!
Ahora estoy en Madrid.
Sonó la hora
en torrente poético y don Quijote
vino, después de muerto, a sentar plaza.
González Alonso
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