Et ne nos inducas in tentationem

soberbia

ET NE NOS INDUCAS IN TENTATIONEM

Esto es todo lo que deberías saber
soportando el yugo de una vida penosa
y pasajera. No hay nada que envidiar
de las humanas vanidades,
ni de la gloria de las naciones, ni del poder
y la fe
y la vocación redentora.

He visto tiranos vestidos de salvadores
escalando las ramas más altas de la soberbia
en escaleras de discursos violentos, sostenidos
en mentiras y argumentos injustos
de pensadores mediocres. He visto
cómo el rico se hacía enormemente rico
con los votos de los pobres. Y veo
en la elocuencia rebuscada y torticera
de muchos humanistas
fermentar el odio, extender el miedo, secuestrar
la palabra
y los corazones esclavos
de la violencia. Y caer
las ciudades, la carne humana en hospitales
y escuelas, negados el pan y el agua
de la boca de los niños, por entre el polvo
la enloquecida marcha de los hombres
huyendo de los hombres.

Qué más nos puede pasar. La ira
y la venganza serán un viento imparable
de desolación, os digo
derramando lágrimas sobre el género humano
al tiempo que contemplo la belleza.

González Alonso

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Del alma muerta

Death After Life

DEL ALMA MUERTA

Mi alma muerta
habla a los muertos
en una lengua muerta.

Y pasarán los días como globos ardientes,
soles desesperados fuera de las órbitas
y los horizontes.

Más tarde, en el altozano de la esperanza
descubrirás tus ojos mirando tras las lágrimas
la vasta región de los anhelos desterrados,
crisálidas del miedo
despertadas a lo efímero e inútil, a la vida
apegada al surco de la tierra
reseca.

¡Qué larga cadencia de lamentos,
qué pesado yugo de historia
y olvido. Qué desolación
de discursos!

Mi alma
muerta
habla a los muertos
en una lengua muerta.

González Alonso

Un viejo al sol de mediodía

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UN VIEJO AL SOL DE MEDIODÍA

El anciano se sentaba al sol. Con el chasquido
de los años en los huesos
y los ojos cerrados
se extendía el tiempo en su lentitud,
las horas de los relojes
cansados. Aspiraba, absorto, el aire tibio
aromado de tomillos y albahacas;
entonces, una sonrisa asomada al labio
era levedad de vuelos de mariposas
en su batir de alas.

El anciano pintaba cielos violentos y paisajes
imposibles
para los días de la vida ya rota
y desmayada; con modestia y candor espera
la triste claridad del alba, la última mirada
a la primavera
de verdes atochares y margaritas
que el aire mece.

Abre, sosegado, el sagrario primitivo de los sueños
y un amor llega a su alma como bálsamo
doloroso,  se remueven las aguas
de los pozos de sus ojos resecos
y reposado se entrega
al abrazo postrero y el beso que el sol traía
con la nostalgia fría de la nieve,
abrigo luminoso de los paisajes lejanos
y la infancia en blanco y negro
de las fotografías.

González Alonso

Tristeza de hoy

ventana

TRISTEZA DE HOY

No consideres, amor, mi tristeza de hoy;
es algo ajeno
a mi verdadera tristeza.

Si las hojas en los árboles
vuelven a ser verdes
y al mirar por la ventana
ves a lo lejos un sol que amarillento
escala con sus rayos
la brisa de la mañana
y yo estoy lejos;

si los campos florecen en pujantes margaritas
en primavera,
y al recorrer un camino
todavía con barro
de la última lluvia
encuentras un perro que te sigue
y acaricias su cabeza
y miras sus ojos tristes;

si la luna se llena por la noche
de redonda poesía
y aspiras la caprichosa quietud
de las inquietas estrellas
y yo estoy lejos,

no consideres, amor, mi tristeza de hoy,
¡es algo tan ajeno
a mi verdadera tristeza!

González Alonso

Fuera del amor todo es exilio

amor adolescenteEntonces
eran otras las horas en los mismos relojes;
tú venías entre mañanas de invierno
y nos crecía, ay,
el calor desvestido de los desnudos cuerpos;
mirándonos a los ojos
llegábamos a los labios,
la humedad de los besos,
tu vientre,
la pequeña y cálida redondez de tus senos.

Era el amor
entonces. Y era
todo.
Dueños del mundo sólo con quererlo,
sólo con nuestro abrazo, fresa encarnada
a la albura del día,
sin miedo y sin nada
todo, todo vértigo; ahora
que todo es ya nada, ay, si fuera del amor
todo es
todo desierto y
exilio
y ausencia toda
y sin horas el tiempo
en los mismos relojes; sólo frío,
sólo invierno
de invierno.
Sólo frío. Porque ya
fuera del amor
todo es exilio.

González Alonso

desierto

Tiempos aciagos

TIEMPOS ACIAGOS

TIEMPOS ACIAGOS

Para un cuadro de Luz Gandiaga Fernández de la exposición Expo Vértigo 2023 – Espacio Artemisa (Portugalete)

Quién,
en qué patas se sostiene la edad.
Vagabundo o peregrino no podré olvidar tus manos
que acarician y crean. La ausencia es –lo sé-
desasosiego fatigoso, lo que pesa sobre el vacío plomizo
de las horas.

Yo sé también que volverá el color a pintar
la alegría de tu rostro
y hablaremos de los días felices y serenos
y ocupará el amor con justicia su trono
ayer abandonado.

No he declarado la guerra al placer
de tus miradas. Pero
vengo de una tierra violenta, árida y maternal,
fría
pero hermosa*
, como cantó el poeta,
donde titilan enjambres de melancolía.
Tampoco quiero hacer discursos, ni hablar de modo frívolo
y anecdótico. Las palabras
toman asiento y crecen
las preguntas. Es un dolor más largo
que toda  una helada noche de invierno.

En las vértebras de los años
crujen los tiempos aciagos,
e incandescentes
crepitan los recuerdos en la hoguera de los sueños
que inquietos se asientan en la distancia infinita
de la memoria.

Julio González Alonso

*Antonio Pereira (León, 1923/2009) – Afirmación de vecindad.

Zeruertz

ZERUERTZ

ZERUERTZ (Horizonte)
Sobre un cuadro de Izaro Esteban Alquegui de la exposición Expo Vértigo 2023 – Espacio Artemisa (Portugalete)

Siento el grito del agua, grito
del cielo en el viaje del olvido,

viaje de las soledades, azul,
negro, y alguien entona templados salmos a Odiseo.

Se abre paso la luz y se extenúa
y conmueve
batida por sombrías olas en la raya endurecida
del horizonte, ese lugar
inmóvil, beso de aire
y agua
que en vano se consume mientras espera
los labios que lo alcancen.

Veo dibujarse laberintos por los caminos
del cielo, mapas líquidos
por los caminos del mar, mensajes escritos
en el viento, un barco
en las nubes, el destino de los héroes
y el temor disolviéndose en los ojos
de los amantes
cuando despiertan de su sueño
al batir de tambores de tormenta
en el siempre frío amanecer
de los océanos.

González Alonso

SER JÓVENES

nieta y abuela

Cuando perdamos todos nuestros dientes
seguiremos siendo jóvenes;
cuando la memoria traiga
recuerdos sin nombre,
seguiremos siendo jóvenes.
Desde el fondo de nuestras cataratas,
palpando entre las sombras de los ojos
seguiremos siendo jóvenes.
Cuando sintamos que los brazos  pesan
como alas
de plomo, continuaremos abrazados
y seguiremos siendo jóvenes.
Cuando el árbol del entendimiento
seco y muerto
por sus raíces
nos confunda con sueños de aventuras
y  en el camino encontremos a don Quijote,
seguiremos siendo jóvenes,
y el último suspiro
será como el primero del primer amor
que sólo los jóvenes conocen.

González Alonso