Ancha de cara, llana de cogote,*
de un ojo tuerta, del otro no sana;
corta de altura, más parece enana,
pero es hermosa para don Quijote.
Mujer de venta, puterío y mote
presumir no precisa la asturiana
de moza de modales ni lozana
para a un hombre, con gracia, echarse al bote.
Maritornes alegre y compasiva
que tanto del amor gustas los cuentos
y cumples del amor palabra y trato,
con tu alma candorosa, bella y viva,
cómo a Sancho sanaste con ungüentos
bien merece apuntarse a tu retrato.
González Alonso
*Cervantes en el Quijote (I, 16)
*Publicado en el cuaderno ÍnsuLa CerBantaria: Maritornes
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