Etcétera
Las noticias llegan repetidas. Con indolente
gesto, el locutor vuelve sobre las imágenes
otra vez, y otra vez desfila la muerte
ante los ojos
con su peso de miedo y de metralla
y plomo.
Por todos los poros de la vida se cuela
el ruido destilado de las voces
de la guerra. Gentes sin nombre
ofrecidas en sacrificio ante el altar
de los dioses del siglo, arrebatados
de fe ciega, unos; de ambición y de poder,
otros; de sangre y falta de escrúpulos,
todos.
Repiten una y otra vez, sin descanso, las mismas
noticias, las mismas imágenes, la misma crueldad
descarnada hasta el agotamiento,
hasta la náusea,
hasta que el miedo inocule su veneno en la sangre
de la voluntad; es entonces
que todos aceptamos lo inevitable
de estos errores. Sabemos que las noticias
nos hacen cómplices del crimen; adquirimos
la certeza
de lo frágil
de la existencia.
Repetimos las noticias y propagamos
el pánico; entonces, los asesinos
sonríen
satisfechos.
González Alonso
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