En la sima
Desde la sima en que la mala suerte
quiso poner a Sancho en duro aprieto
se oye con sus lamentos el discreto
silencio de su burro ante la muerte.
¿Y qué esperar después de conocerte,
guardarme la amistad con tu respeto,
si el trance de esta noche y su secreto
traerán la desdicha de perderte?
Pasan las horas lentas en el sucio
triste y frío lugar de la vileza
con lágrimas, lamentos y querellas.
Y en silencio profundo sigue el rucio
filosofando mudo y con tristeza
los mensajes del viento y las estrellas.
González Alonso
*Sancho y su rucio caen por la noche en una profunda sima. El burro, silencioso y patas arriba, miraba la noche estrellada por el agujero del precipicio mientras Sancho gritaba y se lamentaba convencido de que allí, amo y pollino, acabarían su paso por la vida. (El Quijote.- II, 55)
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