
ET NE NOS INDUCAS IN TENTATIONEM
Esto es todo lo que deberías saber
soportando el yugo de una vida penosa
y pasajera. No hay nada que envidiar
de las humanas vanidades,
ni de la gloria de las naciones, ni del poder
y la fe
y la vocación redentora.
He visto tiranos vestidos de salvadores
escalando las ramas más altas de la soberbia
en escaleras de discursos violentos, sostenidos
en mentiras y argumentos injustos
de pensadores mediocres. He visto
cómo el rico se hacía enormemente rico
con los votos de los pobres. Y veo
en la elocuencia rebuscada y torticera
de muchos humanistas
fermentar el odio, extender el miedo, secuestrar
la palabra
y los corazones esclavos
de la violencia. Y caer
las ciudades, la carne humana en hospitales
y escuelas, negados el pan y el agua
de la boca de los niños, por entre el polvo
la enloquecida marcha de los hombres
huyendo de los hombres.
Qué más nos puede pasar. La ira
y la venganza serán un viento imparable
de desolación, os digo
derramando lágrimas sobre el género humano
al tiempo que contemplo la belleza.
González Alonso







Pero no fue regalo de los dioses,






