¿Quién la libertad destierra?
¡La guerra!
¿Y en qué la vida convierte?
¡En muerte!
¿Y qué mata la inocencia?
¡La violencia!
Egoista en su demencia
la persona que esto olvida
sólo encontrará en la vida
guerra, muerte y violencia.
¿Pues no amas la libertad?
¡Verdad!
Y al fin, ¿Cuál es tu intención?
¡Comprensión!
¿Y quién te sirve mejor?
¡Amor!
Sabiendo que es el candor
el que a la dicha abre paso
bien cumplen en este caso
verdad, comprensión y amor.
¿Qué es lo contrario a morir?
¡Vivir!
Y vivir, ¿qué es en su esencia?
¡Conciencia!
Y ésta en sí, ¿cómo se escribe?
¡Ser libre!
Si lo que aquí se transcribe
en todo lleva razón
es mejor, en conclusión,
vivir, en conciencia, libre.
¿Qué es mejor en sociedad?
¡Igualdad!
¿Y quién hacerla es capaz?
¡La paz!
¿Y qué traen en su embeleso?
¡Progreso!
Veo en tal razón de peso
que en toda humana invención
se cumpla tal condición
de igualdad, paz y progreso.
Julio G. Alonso
Pese a ser considerado el ovillejo una estrofa adecuada casi exclusivamente al tema irónico, festivo o satírico, la intención en esta composición ha sido la de utilizarlo como tema de denuncia social y reivindicación. La oportunidad que para la reflexión abren las sucesivas preguntas que se hacen sobre el tema, creo que da pie también a este tipo de tratamiento.
El poema, magníficamente declamado, lo podéis escuchar en la voz de Rosa Iglesias:
LA VOZ BORDADA EN VERSO, de Rosa Iglesias
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