Con malalengua atroz
digo
de iglesias y de políticos
estribo de la mentira;
los ricos y poderosos
estribo de la injusticia;
de los pobres
estribo del dolor,
de la memoria;
y estribo de la ilusión
los niños.
Qué corcel desbocado cabalga el hombre,
qué locura incendia el mundo,
qué cerca el final del futuro.
Alguna vez hubo
para cada cosa un sitio;
águila en el monte de roca,
pájaro en el monte de bosque,
vaca en el monte de pradera.
Qué malalengua atroz dice
como son de campana en los desiertos de las almas.
Julio G. Alonso
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