LA COMPAÑÍA DE LAS AUSENCIAS
Con quienes brindaba ayer ya no
están; se han muerto, han desaparecido,
tal vez me hayan olvidado.
Con quienes amaba ayer ya no
puedo amar, tan pesada es para el amor
la mano del tiempo, antiguas liturgias,
vacíos los espacios en los bancos de los
jardines.
Con quienes reía ayer ya sólo encuentro
una mirada ausente, un silencio plomizo
y la desgana de las horas.
Con quienes ayer soñaba son hoy pesadilla
e insomnio, acogidos a los miedos violentos
de los recuerdos.
Con quienes un día contaron conmigo
hoy no me conocen, ni quieren que los
conozca, subidos –muchos de ellos- a la tribuna
de los discursos o al pedestal de la fama
más breve que sus nombres.
Aun así, hoy brindo, amo, río –o sonrío-, sueño,
hablo y digo, solamente –acaso-
por hacer compañía a la soledad. Bukowski
escribe desde sus complejos con hostilidad
y amargura. El tiempo
pasa para todos.
González Alonso
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