LUNA DE DICIEMBRE
Tal vez, pálida, llegues por entre noches
y horas frías de turrón y villancicos
a la luz de mi ventana; tal vez irrumpas
con el número de los meses
cumplido en el calendario
de tus órbitas. Y nos sonría
tu presencia
con su blancor diáfano y redondo
e inimitable. Tal vez
se muestren algunos signos, el pulso
de las guerras se detenga
un instante, se alcen plegarias
de esperanza. Pero temo
las despedidas de los días felices,
la herida sin cerrar
de los días más tristes,
el año escrito en la piel del aire
que ondea todas las banderas.
González Alonso
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