Me he vuelto a dejar conducir por este viaje a través de la memoria hacia los orígenes. Una vez más me han sobrecogido estas instantáneas de luz en las que se dibujan los perfiles de los protagonistas de una historia antigua y milenaria que resurge entre nuestros recuerdos con la nieve, las viejas costumbres y las viejas canciones. Estoy hablando del libro del poeta y escritor leonés Julio Llamazares y del día de enero de 1983 en el que asistí a su presentación en León. Era un día despejado y frío, escasa concurrencia, animada charla y lectura de algunos poemas, y las palabras que me dejó a modo de dedicatoria en la primera página en blanco de “Memoria de la nieve”. Desde entonces, va para los cuarenta años, lo he leído varias veces, siempre con admiración y siempre con la sorpresa de un lenguaje poético, vibrante y cercano, hablándonos de unos tiempos tan remotos y, sin embargo, muy próximos apenas removemos en la memoria de los paisajes del tiempo.
El poemario es reivindicación y búsqueda. Entre las montañas del norte, las tierras donde anida la memoria de la nieve, se suceden los encuentros, las revelaciones y los ecos que resuenan con la sequedad del frío entre las huellas de las pisadas de las sandalias de los montañeses, los pueblos astures y celtas, con sus armas, sus dioses y sus ofrendas. En cada poema aflorará una referencia al mundo de aquellos guerreros que vivieron y amaron estos territorios, en los nombres de las plantas, árboles, vestimentas, utensilios, ritos y leyendas del pueblo montañés. Seguir leyendo ‘Memoria de la nieve.- Julio Llamazares’
¿Qué tal unas navidades con poesía? Tal vez sea un buen regalo. Un libro, o dos, o tres… Y como los títulos son incontables, me atrevo a recomendaros e invitaros a probar a leer cualquiera de estos de los que hasta ahora he publicado en solitario. Hacerse con ellos es fácil; hoy día basta poner el título y el autor en cualquier buscador de internet, y ya estará localizado para solicitarlo. También está el recurso de acudir a una librería y pedirlo. Serán una buenas Navidades.
1.- Ruido de ángeles (Editorial Vitruvio, 2020). Este título ha sido incluído en la lista de los 12 libros de poesía recomendados por la Asociación de Editores de Poesía (Tusquets, Vitruvio, Visor, Rialp, Hiperión, Rilke, Poesía eres tú 11 y Pretextos). Figura en el número 2 entre autores consagrados de indudable prestigio: ASOCIACIÓN DE EDITORES DE POESÍA 2020. Prólogo de María Merino
2.- Lucernarios (Ed. Vitruvio, 2016). 53 poemas agrupados en cinco apartados: Más cerca de lo humano; Confusiones; En horas de amor y desamor; La luz de las ciudades; Los designios. Prólogo de Pepa Agüera
3.- Testimonio de la desnudez ( Fundación Jorge Guillén-Diputación de Valladolid-Urueña Villa del Libro, 2015.- Nº 11 de la colección Maravillas Concretas.- Ex aequo II Premio Nacional de Poesía Treciembre)
Insisto en la invitación a acompañaros de alguna de estas lecturas en estos días festivos y familiares; una ocasión, también, para regalar poesía a alguna persona próxima; una opción, en fin, distinta a lo acostumbrado y que puede marcar la diferencia. ¡Salud!
Una mirada a los libros de las estanterías te proporciona, en ocasiones, experiencias inéditas como descubrir un título olvidado, incluso entregado al tiempo de las baldas en compañía de otros libros sin tan siquiera haber sido leído. “Nadie escucha”, de mi paisano Julio Llamazares y de quien conservo otros libros de relatos, novelas, e incluso uno de poesía, “Memoria de la nieve” (Premio Jorge Guillén, 1982) que me firmó en una presentación en León, vino a la actualidad del presente de esta manera y desde la fecha de su publicación en 1995. Parafraseando el título del libro yo podría decir que “nadie lee”, o lo hace a medias o tarde y a destiempo, como en este caso.
Pero, sea como sea, estoy entrando en la lectura de un libro que termina con la entrevista a un mendigo en las calles de Madrid y empieza advirtiéndonos del ruido que nos impide escucharnos unos a otros e incluso llegar a oírnos. Curioso. Porque no sé lo que escribiría hoy Julio Llamazares cuando al ruido de 1995 todavía no le había llegado el estruendo de internet, las redes sociales y los “yutubes”. Miles de millones de horas de gritos, gestos esperpénticos y comportamientos desaforados corren por los ríos revueltos de las aguas virtuales anegando la vida real de las personas y ahogando cualquier amago de conversación y escucha. La soledad es hoy más implacable y dura que nunca en medio de un universo de canales de comunicación y expresión complejo y, a lo que se ve, rentable. Porque nada se paga mejor que la ilusión de creerte el centro y ombligo del mundo, de que –con el atrevimiento de la ignorancia- expongas opiniones traídas a contrapelo, copiadas, prediques certezas sostenidas en ocurrencias, juzgues y sentencies o te exhibas sin pudor física y moralmente con la pretensión vanidosa de atraer la atención y, por supuesto, la admiración de los millones de vociferantes, agitadores de baja estopa, filósofos de andar por casa, sensibleros empalagosos, políticos de salón o sala de estar, poetas del ripio y el anacoluto junto a otras depravadas y soeces inclinaciones.
Nadie escucha, dice Julio Llamazares. Nadie escuchaba en aquellos años de finales de siglo y milenio. Nadie lo hace en el primer cuarto del nuevo siglo y los primeros años del nuevo milenio. Pero, aún peor, nadie deja de gritar cada vez más alto en este mundo de ciegos y sordos incapaces de dejar de mirarse el ombligo de donde sacar las pelotillas de sus miserias y experiencias. Y prosigamos. Seguir leyendo ‘Nadie escucha.- Julio Llamazares’
Una ciudad de la España cristiana hace mil años
Claudio Sánchez Albornoz
Prólogo de Ramón Menéndez Pidal
Ediciones Rialp, S.A. – Madrid
Novena edición, 1982
Empezando el libro por las páginas del prólogo, empiezan también las sorpresas; R. Menéndez Pidal no sólo recrea el habla del leonés en jugosos diálogos, sino que apunta a las causas por las que no prosperó ante el castellano y en la forma en que los leoneses percibían el modo de hablar de los castellanos: “El castellano sonaba a los oídos leoneses como algo bastante extraño; sonaba a lengua extravagantemente modernista, que repugnaba al espíritu más tradicional de un leonés culto: en el principal centro cortesano y político de la Península el castellano era tenido por dialecto bajo o demasiado familiar.” En el terreno lingüístico queda demostrado que el uso del leonés, como lengua romance, era la usada en la corte leonesa valorada como más culta y que se tenía la impresión de que los castellanos “hablaban mal”.
Sobre el contenido del libro que nos regala Sánchez Albornoz, lo primero que me sale decir es que si algún director de cine quisiera hacer una película, ya tiene el trabajo hecho sólo con seguir sin quitar ni poner nada la pormenorizada exposición del autor. Siendo la obra de un historiador riguroso como lo fue Claudio Sánchez Albornoz; siendo una obra muy fundamentada en la cual cada detalle, nombre, frase, uso o costumbre, encuentra su referencia histórica y documental, es, sin embargo, una obra amena, entretenida y de la cual, por supuesto, se extraen muchos conocimientos y que permite casi ver cómo era la vida cotidiana de nobles y plebeyos en León cuando se constituyó en la capital del reino cristiano más poderoso del siglo X.
Toda la obra es un alarde de minuciosidad de los detalles y precisión del lenguaje describiendo y nombrando enseres, armas, utensilios, clases de comidas, trajes de guerra y vestimentas; se adjunta un pequeño plano desplegable de la ciudad de León con la ubicación de las puertas de entrada, murallas, calles, plazas, palacios y casas señoriales, además de las numerosas iglesias y monasterios. No se pasan por alto las descripciones de las diversas profesiones así como el valor o precio de las cosas. Seguir leyendo ‘Una ciudad de la España cristiana hace mil años.- Claudio Sánchez Albornoz’
Un libro es bueno si tiene buenos lectores y, en el caso del último publicado de mi autoría tras «Testimonio de la desnudez» y «Lucernarios«, éste de «Ruido de ángeles«, prologado por María Merino Calero (Ed. Vitruvio,.-Madrid, 2020), ha tenido la inmensa fortuna de gozar de la lectura de un inmejorable lector, el escritor y poeta Juan Francisco Quevedo. De cuanto dice en su artículo para el diario Alerta, de Santander, sólo puedo comentar que ha sabido penetrar en el sentido y finalidad de los poemas como el experto cirujano abre, muestra y cura en la herida. Y que le quedo muy agradecido por este gesto altruista y amigo.
Puede conseguirse igualmente a través de La Casa del Libroo solicitándolo a través de cualquier librería.
Si lo prefieres puedes escribirme a: leondar2050@gmail.comy puedo enviártelo (dedicado, si lo quieres) a la dirección de correo postal que me indiques.
También, de manera más extensa, aparece este artículo en la revista «Culturamas»:
Nos llega el poeta Julio González Alonso con su “Ruido de ángeles” bajo el brazo. Sin duda, un regalo para los lectores de poesía. Tras el inmejorable sabor de boca que nos dejó “Lucernarios” esperábamos ansiosos esta nueva incursión del autor en el mundo editorial. Y no defrauda, bien al contrario nos ratifica en lo que pensábamos, estamos ante un poeta de un lirismo impecable, de un dominio del verso magnífico que hace del poema una aventura rítmica fascinante. Nos reconcilia ya no con una manera de entender la poesía sino con ella en sí misma.
Cuando los ángeles se congregan por millones, no lo hacen para llorar, se reúnen en torno al trono del dios de la poesía. Y, válgame el cielo, con su ruido vaya si se hacen notar.
«VOCES DEL NERVIÓN» una antología de poetas bilbaínos actuales
Ediciones Vitruvio (Colección Baños del Carmen, nº 710.-Madrid, 2018)
El 27 de abril y en las Aulas de la Experiencia de la Universidad del País Vasco (C/ Banco de España, 9) se llevaba a cabo la presentación de un libro, en este caso una antología, con la firma de 14 autores, 5 mujeres y 9 hombres, de edad muy variada, voces personales distintas, amplia gama de estilos y la pasión de la ría del Nervión y la villa de Bilbao, en la que nacieron, enraizaron, vivieron o viven, padecen y disfrutan día a día para dejar los posos de la poesía en muchos de sus versos.
La antología ha sido organizada en la selección de autores, prólogo y comentarios, por Alberto Infante. La edición, afrontada por la editorial Vitruvio. El resto son las voces de cada poeta y la aventura de las páginas que se mueven como velas de un bajel buscando el mar aguas abajo del Nervión; una singladura que llega cerca de veinte años más tarde de la que reunió a algunos que repiten en ésta y otros que no están porque la condición era la de «poetas actuales«, o sea, vivos; aún hubo otra anterior de 1974 con el título de «17 Poetas de Bilbao» (Ediciones de Arte y Literatura-Bilbao).
Como explica muy bien el antologista, Alberto Infante, cualquier antología no puede pretender ser exhaustiva y necesariamente se han de echar en falta algunas ausencias; pero la premisa de la calidad literaria debe ser exigida a los que están para que, además de estar, sean. Y en ese sentido, sin recurrir a la falsa modestia, puedo decir que el listón ha sido alto. Siempre cabe otra antología, que en esto nunca está de más abundar en lo bueno. Y es muy probable que venga, dada la animación poética de los últimos años en el ambiente de Bilbao.
Estar, formar parte de la nómina de los autores de «Voces del Nervión» es, para el que escribe, un orgullo y motivo de felicidad indisimulada. No esperaba este honor y me sorprendió la llamada de la editorial solicitando mi participación. Como natural de León, leonés a todos los efectos, me parecía una intromisión descarada; pero, como me hicieron ver, tras más de 40 años viviendo de cara a la ría del Nervión, viendo pasar sus barcos -cada vez menos- por delante de las ventanas de mi casa, inspirándome no pocos poemas, habiendo enraizado en esta tierra formando parte de una familia con mi mujer, vasca, y mis tres hijas «vascoleonesas» (si ellas así lo quieren), y desarrollar aquí prácticamente toda mi vida laboral ¿por qué no aceptar esta adopción que se me ofrece de buena fe y con tantas buenas intenciones? Además, según se dice y me dijeron en tono desenfadado, ¿es que los de Bilbao no nacen donde les da la gana? Argumento definitivo para no dudarlo más. Quise, por todo ello, aportar también la voz poética en euskera con un par de poemas inéditos, como tributo admirado y reconocimiento a las gentes que supieron acogerme, su lengua y su idiosincrasia, abierta y generosa, alejada de sectarismos políticos y culturales propios de los nacionalistas que utilizan el idioma como arma arrojadiza en lugar de abrirlo al abrazo de la tolerancia, el respeto y la solidaridad. Y así van, como leonés, los dos poemas escritos en euskera para celebrar mi adscripción al mundo poético bilbaíno.
Y aquí van los nombres, en el orden en el que aparecen en la antología:
Blanca Sarasúa Julio González Alonso Jon Juaristi Julián Borao José Fernández de la Sota Pablo Müller María Maizkurrena Amalia Iglesias Pedro Ugarte Itziar Mínguez Ritxi Poo Aitor Francos Amaia Barrena Álvaro Petit Zarzalejos
Todos ellos, al decir del prologuista y como puede comprobarse tras la lectura de sus textos, pulcros y cuidadosos con el lenguaje y la corrección dentro del género poético, sin descuidos ni arbitrariedades gratuitas, como quien sabe y ama la herramienta con la que trabaja, la cuida, mima y enriquece, pues el idioma es nuestro patrimonio y obligación del poeta enriquecerlo y ampliarlo para que, cada vez más, abarque mayor número de expresiones capaces de comunicar la belleza y adentrarse en los recovecos del alma, las sensaciones y las emociones. Y no va más.
Julio González Alonso
.
Entrevista en Tele7, Objetivo Bizkaia, con Susana Porras
Acerca del prólogo a las Novelas Ejemplares de Miguel de Cervantes Saavedra
Lejos de los 22 años que tenía cumplidos antes de huir a Italia e intentar escapar al riguroso castigo de serle amputada la mano derecha en condena por las heridas inferidas a Antonio de Sigura en una mala partida, y que más tarde la batalla de Lepanto se cobrará con la herida de su mano izquierda, Miguel de Cervantes, concluida y publicada la primera parte de su don Quijote, enfrenta el prólogo de las Novelas Ejemplares en el que, con más amargura que sorna, da comienzo con su autorretrato: Éste que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada; de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro; los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni grande ni pequeño; la color viva, antes blanca que morena; algo cargado de espaldas, y no muy ligero de pies. Éste, digo, que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha, y del que hizo el Viaje del Parnaso, a imitación del de César Caporal Perusino, y otras obras que andan por ahí descarriadas, y quizá sin el nombre del dueño, llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años, y cinco y medio cautivo, donde aprendió a tener paciencia en las adversidades.
Declara Cervantes su condición de tartamudo, aunque no lo sea en absoluto para dejar por escrito las verdades que pueden ser entendidas aun por señas. Y tratando de lector amable a quien lea el prólogo, le advierte de la honestidad y valor del conjunto de las llamadas Novelas Ejemplares, imposibles de mover a mal pensamiento al descuidado o cuidadoso que las leyere.
Puesta de largo de «Lucernarios» (Ediciones Vitruvio.- Colección Baños del Carmen, nº 599.- Madrid, septiembre de 2016) con la presentación en el Instituto Leonés de Cultura de León.
DIARIO DE LEÓN: Presentación de «Lucernarios» en el Instituto Leonés de Cultura
Con el título general de “Lucernarios”, la editorial Vitruvio acaba de publicarme este nuevo libro.
Cada libro trae consigo la magia de la ilusión al final de un trabajo muchas veces laborioso. Ilusión y esperanza.
“Lucernarios”, como libro, recorre un amplio abanico de temas con su voz y estilo propios; pretende ser variado, incluso ameno, y –desde luego- riguroso con la escritura y honesto con la poesía.
La primera lectura, para mí inexcusable y de gran interés, es el prólogo redactado por la poeta o poetisa –según término que parece en desuso- Pepa Agüera Sánchez. De su brillantez como autora, el genio que inspira sus creaciones y su capacidad de observación y análisis no cabe ninguna duda. Siempre confié en ella y Pepa Agüera me ha respondido con su natural afecto y su sinceridad.
Le siguen al prólogo la dedicatoria y 5 partes que recogen el contenido de la obra. La primera parte, “Más cerca de lo humano”, se aproxima a la experiencia de la vida y las cosas; le sigue “Confusiones”, en donde los poemas se recrean en una actitud más filosófica y reflexiva. La tercera parte, “En horas de amor y desamor”, es una incursión por los naufragios amorosos, sus éxitos y el contenido erótico de algunas situaciones, en una gama de estilos estróficos que van desde el pantoum a la villanella, el romance, el soneto y el llamado verso libre. En la cuarta parte trato de acercarme a las impresiones que nos dejan los viajes; “La luz de las ciudades” se acerca, así, a Barcelona, Madrid, París, Berlín o León en su historia, sin descuidar a sus habitantes. Por último, “Los designios”, en un estilo más ampuloso y clásico en el tratamiento del verso largo, se aproxima a algunos mitos como Teseo, Odiseo, el significado de los imperios a las puertas de Alejandría o el sentimiento amoroso ante el “designio” del paso del tiempo.
Espero que os guste y que resulte útil su lectura. Ya está disponible en toda España, distribuido a través de La Casa del Libro de cada ciudad, y de la Librería Cámara (Bilbao), de momento. Puede ser solicitado desde cualquier librería de cualquier punto de España y su precio final es de 11 €
Comentarios recientes