Archivo de febrero 2021

20
Feb
21

Hoy no estoy para sufrir la poesía

Hoy no estoy para sufrir la poesía,
el verso más osado se me presenta huero,
el poema, aburrida retahíla de palabras
inútiles y ociosas
sin piedad machacando mi cerebro,
pueril la pretensión de deslumbrar que exhibe
sin pudor ni piedad para el oído
con fervor infantil  nuestro poeta.

Hoy me cansan los lugares comunes y las frases
henchidas y pomposas; me acongojan
las rimas forzadas, me molestan
los sonoros adjetivos y los nombres
traídos a deshora.

Me saturan, pretenciosas, las metáforas,
los verbos se despeñan sin sentido;
no tengo el cuerpo para sufrir más ayes,
encabalgamientos abruptos ni monsergas
sobre el mundo y sus males. No estoy, digo,
para bromas, consejos ni licencias.

Hoy quiero
la tranquilidad vagabunda de las horas
y reír, reír
que es algo muy serio,
apagar con tus sonrisas y miradas
mi antigua sequedad de sentimientos
y celebrar el agua en sus murmullos
de fuente, la brisa entre los pinos,
tus cabellos peinados al descuido
y el amor que se mueve con el viento.

González Alonso

15
Feb
21

Qué difícil decir tu nombre

Qué difícil decir tu nombre,
escribir tu geografía de cumbres
y mesetas cuando tantos
aborrecen  tu nombre,
cuando reniegan tantos la altura de tus cumbres,
la extensa horizontalidad de tus mesetas
y en tu propia lengua insultan tu memoria
y la historia que corre antigua por los ríos
de tus venas.

¡Cuánto odio
ciego
emponzoña sus lenguas cainitas!

Y tú, sufres este desgarro
de miembros mutilados y vergüenzas
desde la altura de tu amor de madre
envuelta tu desnudez en tu bandera.

Qué difícil nombrarte sin herirte
lejos también de aquellos que te aclaman
y convierten en rea de su furia,
la imagen delirante de sus peores sueños
hechos amarga pesadilla.

Y luego estamos los demás, mudos, callados,
asombradamente tristes y en silencio;
nos unen las miradas cómplices, taciturnas
y tu nombre mancillado
y el duelo
y la esperanza.

La larga cintura de agua de tus costas,
los cielos azules, los horizontes verdes,
las ciudades milenarias
nos contemplan.

España, rosa de invierno
al viento
y la madrugada,
yo te guardo en el corazón; en mi corazón
tu nombre; en mis brazos abiertos
te defiendo
y amparo, bajel de lágrimas,
pongo entre los ojos la fiebre de los sueños
que te anhelan
y alzo hasta los labios
la fe de las palabras.

González Alonso

07
Feb
21

«Ruido de ángeles», según Florencio Gutiérrez Peña

Florencio Gutiérrez Peña, abogado y Doctor en Derecho con importante obra publicada en su campo, además de dar a la luz trabajos como “Sobre las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812” o el libro “Poesía”, publica en los foros de La Comarca de Gordón este artículo de manera simplificada que aquí reproduzco íntegramente, sobre el libro “Ruido de ángeles”. En este mismo cuaderno encontraréis una entrada sobre su obra y su persona: Florencio Gutiérrez Peña.

Ruido de ángeles

Descubrimientos y análisis de la obra por Florencio Gutiérrez Peña

El poemario de Julio González Alonso, titulado Ruido de ángeles, editorial Vitruvio, 2020, es un libro que, por su valor poético, está llamando la atención sobre sus versos. El volumen comprende una colección de 70 poemas, estructurados, ordenados y distribuidos en 4 rúbricas, a saber: 1. De los justos (15 poemas); 2. La vida me mira (19 poemas); 3. Compromisos (19 poemas); y, 4. Las otras inocencias (17 poemas). Anotemos, de paso, que otros libros del poeta son Testimonio de la desnudez y Lucernarios. Una parte de su poesía la conocemos en este foro desde 2007, si no me equivoco, cuando empezó a publicar poemas sueltos en este Rincón Literario, que hoy prestigia con 52 de su autoría, algunos de los cuales, cuatro, aparecen incluidos en el libro Ruido de ángeles.

 Como no soy filólogo, ni crítico literario, no tengo los conocimientos para hacer un análisis formal de textos, o de alta crítica teórica de ningún libro de poesía, y, por tanto, en este sentido, tendría que cerrar el pico. En verdad, de poesía sé muy poco, esto (tal como yo la entiendo): que no hay verdadera poesía sin emoción, sin hacernos sentir, sin hacernos pensar, si los versos no dicen cosas al conocimiento, al corazón y al alma. Al cabo, si no nos proporcionan una visión del hombre, de la vida y del mundo más rica. En lo que sigue, mi interpretación es personal y subjetiva, por tanto, en lo que digo, mera glosa sucinta, que no comentario, solo me expreso yo. Y no voy a hacer referencias a poemas, salvo unas pocas excepciones.

Dicho lo cual, a mi entender, Julio González es un poeta que no teje versos por juego o por entretenimiento propio, para pasar el rato o hacérselo pasar a sus lectores con resultado simplemente placentero, o que leídos deja tal cual al lector; no es una poesía decorativa. En su obra poética hay una meditación del mundo y de la vida, a la vez. En la selección de poemas que integran Ruido de ángeles, los versos del poeta, creo yo, son portavoz del espíritu de su autor y trasuntan una manera de ver y sentir el mundo, como escenario real, que le es propia, sin ser poesía confesional. Es una poesía anclada en la realidad, en el tiempo en que vivimos, en la vida inmediata, en el hoy y aquí, en el transcurrir del vivir, es decir, una poesía de nuestras vidas cotidianas, sin orillar la herencia emocional del tiempo pasado y las realidades interiores de su ser, que travesean el poemario, con versos espléndidos y, a veces, de serena conmovedora emoción, como, por ejemplo, en el poema Expediente 5 de junio. No hay retórica sino esencialidad de la palabra y estilo explícito. En el diseño constructivo de los poemas, en lo lingüístico predomina la sencillez y la naturalidad, con el uso de vocablos patrimoniales comunes, que posibilita una comunicación más directa y eficaz de la dicción poética, haciendo el canto asequible a todos (la poesía es comunicación), sin mengua de fuerza creadora, de significaciones, de precisión en la emisión verbal, ni de ritmo lírico. Cada poema tiene su motivo propio, su lenguaje, su colorido y su belleza. La conciencia de temporalidad, la señala el poeta cuando en el poema Os hablo a vosotros, dice: “Yo vivo en el tiempo de los péndulos de los relojes; yo os hablo con la lengua viva/de los días/de los calendarios…”. Seguir leyendo ‘«Ruido de ángeles», según Florencio Gutiérrez Peña’

01
Feb
21

El faro de febrero

El faro de febrero

El faro que me orienta es tu memoria
entre los días de febrero presa,
pusiste allí el calor cuando los labios
fueron besos de amor que el frío besa.

No aparto de su luz ya mi mirada
y mi alma hecha bajel a ti regresa
en busca de la orilla de tu pecho,
flor de la edad y del naufragio ilesa.

Ya adivino las costas de tu abrazo
en el rumor del aire que no cesa
de traer en su aliento tus palabras
con el dulce llamar que me embelesa.

Daré por buenas todas mis derrotas
y por bien empleada toda empresa
de aventura, de amor, de locos sueños
por ser en ti pasión, juego, sorpresa.

González Alonso




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